El eje París-Bonn sigue firme tras la "cumbre" Schmidt-Mitterrand

Las relaciones franco-alemanas, tras la primera cumbre en la que han participado las nuevas autoridades francesas, celebrada en la República Federal de Alemania (RFA) durante los dos últimos días, confirman la continuidad respecto al eje París-Bonn que se había afianzado en los últimos años. Así lo estima el comunicado conjunto del presidente francés, François Mitterrand, y el canciller Helmut Schmidt.

Ambos defenderán una postura común ante el presidente norteamericano, Ronald Reagan, en materia monetaria. Su enfoque en el plano comunitario "es parecido". Francia propondría, en las semanas venideras, un plan para relanzar la Comunidad Económica Europea (CEE).Mitterrand, al terminar la 38ª cumbre entre los dos países en Bonn, afirmó que la cooperación franco-alemana es la piedra angular" de la construcción europea.

El ministro de Relaciones Exteriores, Claude Cheysson, llegó a decir, refiriéndose a las reuniones de las dos delegaciones: "Esto parece un Gobierno tracional". El presidente galo, como aigino de los siete ministros que le acompañaron, habló de la "irreemplazable intimidad entre los dos países". Mitterrand, que no pasa por un germanófilo precisamente, aún exaltó la colaboración que están llamados a desarrollar Francia y Alemania occidental, "en el plano bilateral, en el comunitario y en el mundial". Por esto último se ha acogido con cierta sorpresa el anuncio de la creación en Francia de un instituto de información sobre Alemania contemporánea, idea que acariciaba el ex presidente Valéry Giscard d'Estaing, y que no pudo realizar.

En el mismo sentido, Mitterrand y Schmidt han hablado tanto de temas comunitarios como lo hacían el canciller y el ex presidente, y esto a pesar de las intenciones recalcadas por el presidente francés asegurando que la Comunidad era asunto de los diez, y no un coto cerrado franco-alemán.

Por todo ello, en opinión de algunos observadores galos, lo del final del eje París-Bonn de los tiempos de Giscard y el principio de las relaciones privilegiadas, inaugurado por Mitterrand, podría no ser más que un matiz.

Como se esperaba, el canciller y el presidente han coincidido totalmente en el dominio estratégico: a una posible negociación con la URSS, los dos anteponen el reequilibrio defensivo, que en la práctica se traduciría por la implantación de los misiles Pershing occidentales que deben oponerse a los SS-20 soviéticos ya instalados.

El comunicado conjunto dice también que los dos países "abordan de igual manera" los problemas comunitarios referentes a las reformas pendientes que afectarán al presupuesto y la política agrícola común. Francia, en este terreno, según declaraciones del ministro de Economía, Jacques Delors, presentaría, no tardando, un plan para relanzar la CEE: reforma presupuestaria, política agrícola y acciones nuevas en los sectores de empleo, industria y energía..

En el plano mundial, las dos delegaciones se han concertado para oponerse a Reagan en lo referente a los insoportables ti pos de interés impuestos por EE UU a Occidente.