Teddy Bautista y Pepe Robles, un engaño consentido
Teddy Bautista (ex Canarios) y Pepe Robles (ex Módulos) se presentaron el pasado jueves, y después de largos años de ausencia, en el escenario del teatro Alcalá Palace. Si lo que pretendían ambos músicos era conquistar al público asistente, puede decirse sin rubor que sus fines se vieron colmados. Claro que para ser aquello un concierto de presunto pop-rock, el mentado público resultaba algo atípico, por cuanto semejaba un desfile de famosos semifolklóricos, incluidas Rocío Dúrcal y Angela Carrasco. Un público, en fin, que parecía mayormente invitado y que se lo pasó muy bien con esa cosa rara que es un concierto de rock a la cual no deben estar habituados. De hecho, alguien gritó un estupendo ¡olé!, definitorio de por dónde iban los tiros.Allí, frente a un teatro semilleno o semivacío, Teddy y Pepe, dos históricos, se lanzaron a la búsqueda del rock perdido y hallado en el tiempo, desde un escenario bellamente montado, aunque algo circense, unas luces corrientes y un sonido generoso. Sobre esos elementos, la pareja trenzó uno de los conciertos más lamentables que uno haya escuchado en los últimos tiempos.
No sólo las canciones de su reciente elepé (radiactivo) son un insulto, desde los títulos (Vera la «punkera» es sólo un apunte) hasta la misma construcción de canciones como Los administradores del hambre («Como buitres de la paz en campañas moralistas nos castigarán sin pan y sin foto en las revistas»).
Es que, además, Teddy no está en su mejor momento de voz y su máximo atractivo era el sintetiza,dor portátil que manejaba con variada fortuna.
Pepe Robles, vestido de blanco y lamé rojo, lo hacía algo mejor, pero aquello era un delirio generalizado que no hizo sino aumentar cuando se atrevieron con canciones de los Beatles o sendos remakes del maravilloso Go now de los primeros Moody Blues o el Get on your knees, primera canción de los Canarios.
Los defensores del desaguisado argumentaban que los músicos eran buenos, que aquello sonaba bien, y otro surtido de excusas. Lo cierto es que seguramente también las cámaras de gas nazis eran un prodigio tecnológico, lo mismo que la bomba de neutrones o la campaña presidencial americana. Y que los resultados no son para ponerse alegres.
Los que sí se lo pasaban de miedo eran los mismos músicos, seguramente porque hacía tiempo que no tenían ocasión de actuar en estas condiciones y porque el sonido potente gratifica mucho a quienes lo practican. Pero de eso a pensar que el pop-rock (?) del pasado jueves fuera una muestra de sinceridad hay un abismo.
Aquello era una parodia elevada al cubo de los aires que corren por la capital, una parodia que viene de un hombre como Teddy, a quien, en principio, le va más la música electrónica y la experimentación que estos paseos patéticos a la caza y captura de un éxito. Exito difícil de conseguir en el seno de tanto desatino, porque los públicos frente a los que han de actuar a poco críticos que sean se darán cuenta del engaño. Yresulta muy desagradable ver a alguien tan importante para nuestro rock como, Teddy Bautista metido en un berenjenal caduco, sin lugar y por lo mismo gratuito. No hay derecho.
Babelia
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