Torazos fuera de lugar y de época
ENVIADO ESPECIALLos toros que mandó a Pamplona el ganadero de la tierra estaban fuera de época y fuera de lugar. Fuera de época, porque, salvo excepciones, no se puede hacer con ellos el toreo moderno. Fuera de lugar, pues no es justo que los toreros hayan de jugarse la vida de forma tan cruel como ocurre en esta plaza.
A los toreros no les hacen ni caso aquí, y posiblemente ni siquiera el toro importe. El toro es en Pamplona protagonista máximo durante el encierro mañanero, y por la tarde el protagonismo lo asumen las peñas, lo cual no les corresponde. La fiesta la estructuran toro, torero y, por supuesto, que el público también -en sanfermines y en cualquier parte-, pero dentro de un equilibrio, no todos en la misma medida.
Plaza de Pamplona
Segunda de sanfermines. (8 de julio). Toros de Julio Aguirre, impresionantes de presencia, con poder, peligrosos. salvo el cuarto, al que se dio una injustificada vuelta al ruedo. Galloso: pinchazo y media estocada baja (pitos). Pinchazo y estocada trasera caída (oreja). Manili: pinchazo y estocada caída (ovación y saludos). Bajonazo (silencio). Pepe Luis Vargas: estocada contraria y descabello (ovación y saludos). Dos pinchazos y bajonazo (bronca).
Salir a lidiar ese corridón tremendo de trapío y disparatado de cornamenta para correr el riesgo de la cogida y el complementario del impacto de cualquier objeto arrojadizo supone una clamorosa injusticia que ni el talante bullicioso de un pueblo en feria puede excusar. Eso no es torero. Para ser torero tendría que empezar por ser humano.
Abrió el festejo un homenaje al mozo muerto en los trágicos sucesos de 1978. En las gradas había pancartas con el Presoak kalera y otras leyendas en eusquera. Los mozos cantaron el Eusko Gudariak y a continuación la trompeta tocó a silencio. Después víno otro homenaje de signo totalmente contrario, pues fue pafa el maestro Gurrillas, autor de muchas de las más inspiradas canciones sanfermineras. Dio la vuelta al ruedo en medio de una ovación enorme.
Y salió el toro torazo, para hacérselas pasar amargas a los coletudos. Con toros como esos debió inventar Cúchares el toreo, que no era como el de ahora, sino de manos altas, para marcar la salida del viaje, y de niticho ejercitar las piernas, para burlar las tarascadas y distanciar los remates de las suertes.
Lecciones de tauromaquia
Los toreros de hoy deberían conocer.al dedillo aquella tauromaquia, para aplicarla en las raras ocasiones que les salen pavorosas fieras como las de Julio Aguirre. Claro que, si no se saben como es debido la de hoy, menos se van a saber la de ayer. Y así sucedió que, en todos los casos, intentaban el derechazo. Lo que salía, por supuesto, no era el derechazo, sino un susto mayúsculo, y tenían que renunciar a sus derechacistas propósitos para machetear a la defensiva. El peor parado fue Pepe Luis Vargas, que en un alarde de torería y valor, ensayó el natural, quieta la planta, y al ejecutar el tercero de la serie salió volteado de forma impresionante, aunque por fortuna no resultó herido. Manili, más avispado. pegaba regates y por las alborozadas rea cciones del público, se vio que acertaba con el truco.Un toro en la tarde, sólo uno -el cuarto-, a pesar de su fachada de ayer, llevaba la sangre dulce de torito de hoy, y embistió como un malva. Galloso no perdió la oca sión. Y le dijo: «Te pillé, moreno» y se puso a pegar derechazos. A principio, esos derechazos eran u alivio en la tarde agria, pero cuan do llevaba ejecutados, ahora du damos de si eran 237 o 238 -pues nos ofreció el vecino tentar la bota y a lo mejor perdimos la cuenta-, empezamos a implorar porque s produjera el prodigio de una oportuna ignición de la muleta «derechacista» de Galloso. La muleta e llamas, a modo de falla, además de acabar con los derechazos, habría hermanado Valencia y Pamplona, lo cual es muy positivo para la deseada solidaridad de los países y los pueblos de este galimatías, que aún siguen llamando España (con votos en contra, es cierto).
Pero resulta que a ese toro boyante le dieron injustificadamente la vuelta al ruedo, con lo cual el ganadero y su divisa navarra han quedado como las rosas. Sin embargo, no es verdad tanta hermosura Aunque los toros cumplían con las plazas montadas, salían del tercio comportándose como reses de media casta. Los dos últimos derribaron estrepitosamente. Los dos últimos eran unos cligantones que llevaban todos los genes del bos taurus primigenium. Los dos últimos obligaron a los toreros a tomar medidas de precaución, lo cual movió al tendido a levantarse en almohadillas y albaricoques. Al picador, que cumplía con su obliaación de picar, le arrojaron una verdulería entera. Los toros no parecían de esta época, pero el público tampoco. En fin, los sanfermines están así.
Toros rechazados
Se confirma que tres de los toros de la ganadería de Bohórquez, anunciada para esta tarde, han sido rechazados, aunque pudiera ser que fueran sustituidos por otras reses del mismo hierro, enviadas a última hora por el ganadero. Los toreros del cartel son Dámaso González, José Mar¡ Manzanares y Tomás Campuzano. Mañana vienen los toros del Conde de la Corte, que han llamado la atención por sus aparatosas cabezas. Los lidian Teruel, Dámaso González y Niño de la Capea.
Babelia
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