Confuso desenlace de un nuevo golpe de Estado en Bolivia
Un nuevo golpe de Estado se produjo en la madrugada de ayer contra el presidente de Bolivia, Luis García Meza, cuya destitución fue anunciada por las tropas rebeldes, encabezadas por los generales Humberto Cayoja y Lucio Añez, a primeras horas de la mañana. A mediodía, sin embargo, una información oficial afirmó que García Meza seguía en el poder y todo el país estaba bajo su control, con los insurrectos detenidos.
A la hora de cerrar esta edición se confirmó la noticia de las detenciones de los generales sublevados, pero se había producido un pronunciamiento de varias unidades del Ejército que piden la liberación de Cayoja y Añez y una reunión militar urgente para decidir el destino del actual presidente.A primeras horas de la madrugada de ayer, el presidente García Meza emitió un comunicado en el que mantenía su postura de no abandonar el poder el próximo 6 de agosto, como estaba previsto. Horas después, tropas rebeldes al mando de los generales Cayoja y Añez, respectivamente jefes del ejército de Tierra y del Estado Mayor del Ejército, rodearon el palacio presidencial, exigiendo la dimisión de García Meza.
Según fuentes oficiosas, la sublevación estaba encabezada por un triunvirato, compuesto de los dos generales arriba mencionados y el ex presidente Alberto Natusch.
De acuerdo con otras fuentes, García Meza no se encontraba en La Paz en el momento de la sublevación, sino en la Escuela de Cadetes de Santa Cruz. A primeras horas de la mañana regresó a la capital y poco después circularon las primeras noticias acerca del fracaso del golpe y la detención de dos de sus responsables.
Cayoja y Añez, según declaraciones del propio García Meza, fueron arrestados y conducidos al cuartel general de Miraflores a la vez que se comunicaba su "inmediata destitución" de los puestos militares que ocupan. Un portavoz de la Presidencia añadió que ambos "serían juzgados".
Apoyo de varias unidades
Las tropas rebeldes iniciaron la operación golpista rodeando el palació presidencial, defendido por la policía militar del presidente. Simultáneamente se anunció que las guarniciones de Cochabamba, Riberalta y Trinidad (centro y norte del país) se habían unido a la rebelión.
En la capital, el presidente contó con las fuerzas leales de la marina, policía militar y una parte del regimiento de blindados Tarapacá, que protegen la capital. Sin embargo, según documentos oficiales, otra parte de este regimiento de carros blindados se unió a la sublevación en ausencia de su comandante en jefe, Arturo Doria Medina.
El propio Cayoja utilizó el periódico católico Presencia para difundir un comunicado, en el que se afirmó que la sublevación había triunfado. Horas después, agentes de la seguridad intervinieron las instalaciones del rotativo.
A media mañana, la situación era normal en la capital y las emisoras de radio transmitían sin anomalías, pero se desconocía la situación en el resto del país.
A primeras horas de la tarde, cuando García Meza y los boletines oficiales reiteraban el fracaso del golpe de Estado, varias unidades del Ejército transmitieron a La Paz un mensajeexigiendo la liberación de Cayoja y Añez.
Dos unidades al norte del país solicitaron la libertad de los dos generales
Las unidades de Trinidad y Camiri, al norte y este del país, solicitaron especialmente la libertad de los dos generales y una consulta, en las próximas horas, entre los comandantes de las diversas divisiones de todo el país para que se pronuncien sobre la permanencia de García Meza al frente del Estado.
La situación, que hasta el momento parecía favorable al actual presidente, podría degradarse en las próximas horas, a raíz de las reivindicaciones de las mencionadas unidades militares favorables a los generales rebeldes Cayoja y Añez.
A primeras horas de la noche de ayer, la presidencia boliviana anunció el aplazamiento de una conferencia de Prensa prevista por García Meza donde anunciaría el fracaso definitivo del golpe de Estado.
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