70 niños mendigos, recogidos de las calles durante la semana pasada
Casi setenta niños han sido recogidos de las calles de la capital dentro de la prueba piloto del plan de erradicación de la mendicidad infantil que se ha desarrollado en Madrid durante la semana pasada. Las conclusiones obtenidas no permiten asegurar que en tomo a este problema exista una mafia que alquila y droga a los niños para que pidan, aunque sí han puesto de manifiesto problemas de acusada necesidad y de utilización de los propios hijos, en contra de su voluntad, para ganar más dinero.Según informaron fuentes del Consejo Superior de Protección de Menores, la experiencia realizada durante la semana pasada, y que se repetirá cuando la mendicidad se reproduzca, ha hecho que los responsables del plan se enfrenten a tres tipos de problemas diferentes. El primer día, la Policía Municipal recogió a veinte niños que, en su totalidad, eran portugueses, lo que ha obligado a tomar parte en el plan al consulado portugués, así como a diferentes funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Ningún papel ni documentación
Los diez niños que se recogieron pertenecientes a familias gitanas han obligado, por otra parte, a cubrir una laguna en el plan, ya que no se contaba con que los adultos que iban con los niños pudieran carecer de todo tipo de documentación. Por otra parte, existe un especial cuidado a la hora de dar ayudas a través de la familia, ya que, en otras ocasiones, las viviendas entregadas a familias gitanas han sido vendidas por éstas. Para solucionar estos problemas, varias asistentes sociales se están preocupando de conseguir una documentación para los adultos como paso previo a la concesión de ayudas.El resto de los niños son los que, en teoría, van a crear menos problemas, y ya se ha iniciado a través de Cáritas y de las juntas municipales, la búsqueda de ayudas para las familias, algunas de las cuales ya han podido retirar a los niños de los centros donde se encontraban, aunque seguirán vigilados para impedir que el problema se reproduzca. En general, y a expensas de los informes pedagógicos y psicológicos que se hagan, se ha comprobado que la mayoría de los niños no querían pedir en la calle; con respecto a su salud se encontró que padecían desnutrición y que había algunos casos de raquitismo.
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