Los palestinos creen que tras las elecciones israelíes todo seguirá igual en Oriente Próximo
La posible llegada al poder del líder laborista iraelí, Shimon Peres, significará "un mal menor al permanecer estancada la situación en Oriente Próximo", opinan fuentes palestinas autorizadas. La eventual permanencia de Menájem Beguin al frente del Gobierno supondría un aumento de la presión israelí sobre Líbano.
Para los palestinos, cualquiera que sea el vencedor de los comícios legislativos del próximo 30 de junio, el futuro Gobierno será un Gabinete de coalición y no un equipo homogéneo. Por tanto, opinan, será un Gobierno débil -sobre todo si lo forman los laboristas-, incapaz de tomar decisiones importantes sobre el porvenir del país.Los responsables palestinos no creen, por ejemplo, que Shimon Peres esté en condiciones de aplicar unilateralmente la llamada "opción jordana", consistente en trasvasar a Jordania los territorios situados al Oeste, en la orilla occidental del río Jordán. Tanto la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como un ala del Partido Laborista rechazan, por motivos diferentes, este proyecto.
Pero tampoco consideran los palestinos que Menájem Beguin pueda llevar a cabo la anexión de los territorios ocupados. Para evitar tener que negociar el porvenir de Cisjordania, el actual primer ministro preferirá relanzar su "opción libanesa", consistente en intervenir frecuentemente en Líbano para obligar al Ejército sirio a retirarse y amedrentar a los palestinos.
Tanto los palestinos como los observadores en Beirut no descartan que Beguin decida, antes del 30 de junio, emprender una "aventura" militar contra los misiles sirios estacionados en Líbano o incluso una expedición de "castigo" contra el reactor nuclear experimental libio.
El desencadenamiento de una de estas dos operaciones no obedecería a motivaciones electorales -Beguin goza ahora de gran popularidad-, sino a la personalidad del primer ministro, muy dado a actuar de forma imprevisible.
Por último, según los dirigentes palestinos consultados, Estados Unidos, aunque no interviene directamente en la contienda electoral israelí, parece inclinarse por una victoria del actual primer ministro.
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