Inquietud en la OTAN y la CEE ante el nuevo Gobierno
La Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN) vería con desagrado la entrada de comunistas en el próximo Gobierno de François Mitterrand, incluso aunque se tratara de una cartera secundaria, informa desde Bruselas Soledad Gallego-Díaz.Fuentes oficiosas próximas a la Alianza Atlántica se mostraron, sin embargo, satisfechas con la aplastante victoria del partido socialista en las elecciones del pasado domingo, porque deja las manos libres a los socialistas frente al partido comunista.
El espectacular triunfo de Mitterrand despierta casi una preocupación mayor en la Comunidad Económica Europea (CEE), donde se teme un importante giro en el desarrollo de los consejos europeos y un intento por parte francesa de modificar sustancialmente las líneas maestras sobre las que se basa la actual política comunitaria.
Por el contrario, en medios de la Alianza se estima que el Gobierno francés no modificará su actual política de Defensa, y que París seguirá dedicando una parte importante de su presupuesto nacional a los gastos militares. La satisfacción que experimenta la OTAN ante las continuas declaraciones de Mitterrand asegurando que el esfuerzo militar no disminuirá, se atenúan algo cuando se considera la influencia que puede ejercer Francia en las reuniones del Consejo Atlántico (a nivel de ministros de Asuntos Exteriores).
En cuanto a la eventual entrada de un comunista en el Gobierno francés, las mismas fuentes aseguraron que no sería necesario adoptar ninguna medida de precaución especial, al contrario de lo que ocurrió cuando varios comunistas formaron parte del Gobierno portugués.
En aquella ocasión, la OTAN decidió «ocultar» información calificada de «alto secreto militar» a Lisboa. Dado que Francia no tiene acceso ya a ese tipo de información, uno de los principales problemas queda soslayado. La inquietud aliada procede más bien del «precedente» que se sentaría. Hasta ahora, la OTAN se ha pronunciado sin rebozo contra la presencia de comunistas en Gobiernos de países miembros de la Alianza, y muy especialmente contra la entrada de los comunistas italianos.
Cautela en Bonn
El portavoz del Gobierno federal alemán, secretario de Estado Kurt Ecker, se negó ayer en Bonn a comentar la posibilidad de una entrada de los comunistas en el Gobierno francés, porque «no es asunto del Gobierno federal», informa desde Bonn José Comas.Para nadie es un secreto en la RFA que la participación de los comunistas en el Gobierno francés sería acogida con malos ojos por el Gobierno federal. La República Federal de Alemania es un país donde, al menos legalmente, un comunista no puede ser maestro de escuela o maquinista de tren, ni ocupar un puesto de funcionario público.
El presidente del Gobierno de Baviera y del Partido Socialcristiano (CSU), Franz Josef Strauss, declaró en Munich que Mitterrand tuvo la «rara suerte» de contar con una mayoría para poder demostrar la posibilidad de realizar su programa electoral. Strauss dijo que Mitterrand aprueba la Alianza Atlántica «por lo menos tanto» como su predecesor.
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