Quince muertos en Teherán durante una manifestación de apoyo al presidente Banisadr
Al menos quince personas resultaron muertas y varias decenas más gravemente heridas por armas de fuego, a primera hora de la tarde de ayer en Teherán durante la disolución por parte de las fuerzas de la policía y grupos de integristas islámicos de una manifestación de apoyo al presidente iraní, convocada por la organización Mujaidines del Pueblo, de orientación marxista-islámica.
Radio Teherán emitió poco después un comunicado de movilización dirigido a los guardianes revolucionarios, pasdaran, y a los militantes de las organizaciones fundamentalistas, para «oponerse a los elementos que desafían con las armas en la mano al Islam y al Corán».Los enfrentamientos se registraron en el cruce de las avenidas Mossadegh y Engelab, lugar muy céntrico de la capital iraní, donde la organización Mujaidines del Pueblo había congregado varios millares de sus militantes, que portaban pancartas donde se leía «Muerte a Bejesti» y «Banisard resiste», en una manifestación de abierto apoyo al presidente iraní, al que esta organización respalda.
La policía disolvió contundentemente la manifestación, con la ayuda de grupos de hezbollahi, miembros del denominado Partido de Dios, de carácter islámico-integrista. Los manifestantes se enfrentaron a la policía y a los integristas con piedras y levantaron barricadas con automóviles. La policía abrió fuego en repetidas ocasiones y, según testigos presenciales, las aceras de la avenida Mossadegh, recientemente bautizada con el nombre de avenida del Duodécimo Imán, aparecían ensangrentadas después de los incidentes.
Tenso debate en el Majlis
En la mañana de ayer comenzó en el Parlamento iraní, Majlis, el debate político sobre la gestión del presidente Banisadr, ausente de la Cámara, y que, según todos los observadores, puede ser destituido por el imán Jomeini tras la propuesta que en este sentido se espera que realice el Parlamento.
Unas 10.000 personas siguieron los debates de ayer desde la calle, a través de un sistema de megafonía. Muchos de estos asistentes portaban pancartas y gritaban consignas en las que se decía que la cárcel aguarda a Banisadr.
El presidente del Mapis, Hasemi Rafsanjani, fundamentalista islámico, precisó que «esta cirugía», refiriéndose al debate político sobre la gestión de Banisadr, «es necesaria».
La ausencia del presidente Banisadr del debate, que proseguirá hoy tras cinco horas de sesión parlamentaria durante la mañana de ayer, no impidió que algunos diputados, como el ex ministro del Petróleo Moinfar, intervinieran en el turno de defensa de la gestión presidencial.
En el interior de la Cámara, Moinfar agregó que «de no producirse resistencia, surgirá en Irán una temible dictadura en nombre del Islam».
Desde un balcón del Parlamento, el hojatoleslam Sayed Jamenei y el también diputado Jaljali, jefe de los tribunales islámicos, dirigieron la palabra a los manifestantes anti-Banisadr, y precisaron que el debate no iba dirigido únicamente contra un individuo, sino contra una manera de pensar. Jaliali dijo, por su parte, que Banisadr «es un espía de la CIA que no puede fugarse».
Por primera vez desde hace nueve días, la oficina del presidente emitió ayer un comunicado en el cual se reafirmaba que Banisadr continúa en Irán y «permanece con el pueblo».
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