Dexter Gordon: "Estuve en la cárcel porque amo la vida"
La jornada se presentaba exótica. Pero nunca se hubiera podido predecir lo que ocurrió. El jazz de Dexter Gordon en Moratalaz y en un campo de fútbol, el pasado sábado por la noche, ya es una conjunción de circunstancias extrañas. Pero lo que hubo fue más, mucho más. Fue una amalgama de pena, de perplejidad, de alucinación y de risa para crear el mejor concierto de jazz que en el presente año hayamos visto en Madrid. Así de fácil.
Hacerle una entrevista a Gordon, un gran músico que dice haber estado en la cárcel por amar la vida, no es una empresa sencilla. Y no porque el hombre, uno de los mejores saxo-tenores de la historia del jazz, sea desagradable. Más bien, todo lo contrario. Es que se empeña en chapurrear castellano y entre eso, y que no parece capaz de concretar una sola idea, como si estuviera perennemente obnubilado, no hay forma material de sacarle una opinión que no se vaya a los cerros de Ubeda.Así, al pronto, Dexter Gordon parece, simplemente, un americano negro y alto, pero ya desde su saludo empiezan las diferencias. Bascula sobre la cintura como si fuera una de esas marionetas de piernas inarticuladas, cuyas reverencías son divertidas.
Y así, Dexter Gordon gesticula imitando a los organizadores preocupados por la hora, señala el reloj, hace girar los ojos, pone cara de angustia y habla un extraño lenguaje entre español e inglés. «Toda la gente uuuhh... empresario... always lo mismo». Grandes risas y el hombre que sigue a su avío preguntando por la taberna Antonio, del Rastro.
Cuando se le pregunta por su corta época de actor responde: «Oh, sí, yo actuado siempre. Yo no Shakespeare, yo Desiderio» (traducción de Dexter, a lo que se ve), «pero yo siempre actuar. Desde dos años ooooohhhh. Sí, seguro».
Y explica cuál es la relación entre el teatro y la música: «La llave, ¿el llave?, a esta contesta es communication. El actor habla con corazón, yo toco con corazón, es lo mismo, ¿no? El actor habla amor, yo hago papabububú. Billy Holliday cantaba, era la mejor actriz. Communication. Ser natural».
El hombre suda a chorros, llena con sus carcajadas el recibidor del hotel, otea con sus ojos azules todo lo que pasa, pero ya es hora de ir a probar sonido.
«Sí, estuve preso por drogas. Una, dos, tres veces. Pero también estuvieron presos Stalin, Ghandi, Nehru, Nkruma, Beguin, Sadat ... » (aquí viene una larga lista de presidiarios que ocupa, al menos, siete u ocho semáforos antes de encontrar un fin)... Yo estuve en la cárcel porque yo amaba la vida. Pero no todo es negativo. Leía a Guy de Maupassant, Balzac, Zola... Conocía gente interesante que estaba allí porque también gustaban de la vida. Todos los revolucionarios han estado. Es normal».
Babelia
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