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Se experimenta en España un bisturí de rayos láser

Rosa Rivas

Tres hospitales españoles utilizan ya un bisturí de rayos láser. Es un sofisticado aparato que puede usarse «a mano libre» o conectado a otros instrumentos de cirugía y que, al parecer, permite operaciones limpias, «a distancia », con ausencia de hemorragias, facilitando la cicatrización de la herida y reduciendo, por tanto, el período de hospitalización del enfermo.

Hace unos tres años las unidades de cirugía experimental del hospital de San Pablo y el Instituto Dexeus, de Barcelona, comenzaron a operar con un bisturí de rayos láser fabricado y patentado en Israel. En octubre de 1980 un doctor de dicho país intervino quirúrgicamente a un enfermo en la clínica madrileña de La Concepción, y en estos momentos el doctor Díaz Pintado experimenta este bisturí con animales en el Hospital Gómez Ulla.En 1960 se realizaron las primeras investigaciones con láser (siglas en inglés de «luz amplificada por la emisión estimulada de una radiación»). La técnica se fue ampliando y mejorando y, en los últimos cinco años, se ha generalizado en Europa, Asia y América el empleo del láser en la medicina. Japón, Israel y Estados Unidos son los países con mayor fabricación y uso de los bisturíes de láser.

A diferencia del bisturí convencional o el electrocauterio, el citado bisturí opera «a distancia», con menos gasto de sangre, y su haz de luz permite localizar el área precisa de intervención, sin dañar los tejidos y los vasos sanguíneos del entorno. Su técnica también es diferente del láser utilizado en oftalmología; en este caso la luz es visible y la del bisturí es infrarroja, aunque la acompaña otro haz paralelo visible.

Opinan los usuarios del bisturí-láser que con él se realizan menos puntos de ligadura en las heridas, las cuales cicatrizan en menos tiempo, y este hecho reduce de dos a cinco días la estancia de los enfermos en el hospital.

De acuerdo con los experimentos realizados, las aplicaciones de este bisturí -cuya adquisición está cifrada entre los 25.000 y los 70.000 dólares- se centran en las operaciones quirúrgicas en las que deba evitarse la interferencia eléctrica (monitorización cerebral o cardíaca, pacientes con marcapasos ... ); en la extirpación de tumores cancerosos (frena la dispersión de células malignas, sellando los vasos sanguíneos y linfáticos); en la otorrinolaringología, y en la cirugía y microcirugía ginecológica. Concretamente, en este último campo es donde más se ha empleado.

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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