Un diputado foral y un catedrático denuncian irregularidades en el Conservatorio de Bilbao
La denuncia pública efectuada por un miembro de la Diputación Foral de Vizcaya y un catedrático sobre presuntas irregularidades en el funcionamiento del Conservatorio de Música de Bilbao, y más concretamente sobre actuaciones de miembros de la directiva del mismo a los que se acusa, de impartir clases particulares a sus al umnos, contraviniendo las normas correspondientes, abre una nueva crisis en el centro en pie na época de exámenes.
El diputado Iñaki Urrestarazu, representante de LAIA (en su día fuerza integrada en la coalición Herri Batasuna) presentó el martes de la semana pasada a la comisión de gobierno de la Diputación Foral de Vizcaya, de la que depende el Conservatorio de Música, una propuesta por la que, en base a indicios y datos sobre irregularidades, que considera suficientes, se pedía la apertura de expediente y suspensión de funciones del director del centro y algunos profesores (que forman parte de la directiva), la anulación de los tribunales de exámenes y constitución de otros con plenas garantías de neutralidad.Esta propuesta fue rechazada en la comisión de gobierno (cuatro representantes del PNV, y uno del, PSOE, UCD y LAIA), que, sin embargo, acordó abrir las diligencias previas sobre el funcionamiento del centro. Esta decisión fue duramente criticada por Urrestarazu, que la consideró como un recurso para dar largas al asunto, tanto más cuanto que hace seis meses, y en base a las mismas sospechas de irregularidades, la comisión de personal y cultura de la Diputación acordaron abrir diligencias previas sobre el mismo tema.
«Se han acumulado suficientes datos como para abrir un expediente», explicó en una conferencia de Prensa Iñaki Urrestarazu. Gran partede los m«ismos habrían sido aportados por alumnos del conservatorio y, fundamentalmente, por Rafael Castro, uno de los catedráticos del mismo, que se considera directamente afectado por las irregularidades denunciadas, tal y como confirmó en la misma conferencia de Prensa su abogado, Antonio Pericas.
Una de las anomalías denunciadas compete directamente al director del conservatorio, Juan Esteve, al que los denunciantes consideran en.situación irregular en el cargo, por no ser catedrático titulado ni funcionario de la Diputación de Vizcaya (lo es del Ayuntamiento de Baracaldo), dos requisitos precisos para ocuparlo.
Otra irregularidad denunciada afecta al propio director, al subdirector y varios profesores del centro de los que se afirma -parecen existir pruebas contundentes- contravienen las normativas existentes al dar clases particulares a alumnos suyos en las aulas del conservatorio. De esta irregblaridad denunoiada surgiría la sospecha -parece que existen alumnos dispuestos a testificar- de que estudiantes del conservatorio que reciben clases particulares de sus profesores en este centro han podido conocer con antelación los exámenes a que iban a ser sometidos.
En relación con estas sospechas se recordaron en la comisión de gobierno hechos ya denunciados en el pasado que se consideran significativos. Así, en junio de 1980 iba a realizarse el examen de la asignatura de Fugas a un alumno que recibía clases particulares del director del conservatorio, quie n formaba parte del tribunal examinador en calidad de presidente. Al no poder asistir a la prueba por enfermedad, el director envió un lustituto que quiso imponer al alumno un examen preparado por aquél. Los dos restantes componentes del tribunal -uno de ellos el catedrático Ra(ael Castro- se negaron a aceptarlo indicando que la prueba debía ser establecida por el propio tribunal. Tras una larga discusión, el presidente interino impuso su voluntad y el alumno realizó en cuatro horas un examen para el que los catedráticos consideran son precisas no menos de dieciocho horas. Ambos miembros del tribunal, tras repoherse de la sorpresa y ante las sospechasde que el alumno podía haber conocido previamente el contenido del examen, decidieron redactar una nueva carta de convocatoria, que se negó a firmar el presidente interino.
Siempre según el testimonio de Iñaki Urrestarazu, repuesto de su enfermedad, el director propuso corregir el examen de su alumno y convocó al tribunal al efecto. Rafael Castro, que se oponía, no acudió a la reunión calificatoria del tribunal, por lo que el presidente y director del conservatorio le comunicó que quedaba excluido de todos los tribunales para los exámenes de junio. Antes de que la Dirección General de Conservatorios dictaminara, como se le había solicitado, sobre la validez o no del examen motivo de controversia, el director del centro nombró un tribunal que calificó como aprobado al alumno.
El catedrático Rafael Castro se verá nuevamente represaliado, en septiembre, por la dirección del conservatorio, al ser expulsado del tribunal de una asignatura por negarse a presentar su propuesta de examen con varios días de antelación a la fecha en que estaba fijada,la convocatoria, tal y como se le había solicitado. Castro, que había actuado así por temor a que pudiera filtrarse el examen a los alumnos, ha sido excluido de todos los tribunales.
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