Socialistas y comunistas franceses inician hoy las negociaciones para la formación de Gobierno
La entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) figura en el proyecto de acuerdo gubernamental que hoy, martes, le presentará el Partido Socialista (PS) a los representantes del Partido Comunista francés (PCF) al iniciar las discusiones sobre la eventual colaboración de ambos grupos de izquierda en el Gobierno que se formará tras los comicios legislativos. La campaña electoral para estas elecciones, que se celebrarán los días 14 y 21 de este mes, se inició ayer. Los primeros sondeos anticipan una amplia victoria de la izquierda.
Hoy tiene lugar en París la primera cumbre, al más alto nivel, entre los comunistas y los socialistas, desde que, hace tres años, se produjo la histórica ruptura de la unión de la izquierda con motivo, precisamente, de las elecciones legislativas que se celebraron entonces.
Pero las tornas han cambiado: el Partido Socialista está en el poder, y es él quien le pone condiciones a los comunistas, abrumados por la pérdida del 20% de su electorado en los comicios presidenciales del pasado mes de mayo.
En ese proyecto, el PS les exige a sus posibles futuros compañeros de viaje gubernamentales condiciones precisas sobre la solidaridad gubernamental. Y esto con el fin de prevenir cualquier tipo de fallo por parte de los comunistas.
Ese contrato de Gobierno en materia de política interior se funda en las orientaciones expuestas por el actual presidente, François Mitterrand, durante su campana electoral, es decir, que no es una traducción del proyecto socialista original, acusado por la derecha de conllevar los principios del colectivismo a largo plazo. En el terreno diplomático, el texto que van a examinar los socialistas y comunistas condena tajantemente la intervención soviética en Afganistán, resalta el derecho a la no injerencia (Polonia), supeditada la no instalación de los euromisiles en Occidente a la retirada de los misiles SS-20 soviéticos y defiende la ampliación de la CEE.
Sobre este último punto, las posiciones socialista y comunista son divergentes. El PCF rechaza radicalmente la entrada de España en la Comunidad. Los euromisiles, Afganistán y Polonia, en teoría, constituyen otros tantos puntos de discordia entre el PS y el PCF. Pero, a juzgar por las declaraciones insistentes de los dirigentes comunistas, «esas cuestiones no deben impedir un acuerdo».
Docilidad del PCF tras su fracaso electoral
La dirección comunista, que durante los últimos tres años no practicó más que la estrategia del antisocialismo a todos los niveles y en todos los sectores, empezando por acusar a Mitterrand y al PS de ser los mejores colaboradores de la derecha, de repente, tras su fracaso en las presidenciales, impresiona a toda la opinión gala por su docilidad. Los socialistas aceptan el giro de los comunistas, pero se manifiestan duros e implacables. «No se trata de hacer declaraciones, sino de firmar compromisos precisos», advirtió el primer ministro, Pierre Mauroy, en vísperas de las negociaciones PS-PCF.
La campaña, en un principio, se presenta tranquila. Desde hace medio año, el país vive una intensa atmósfera electoral y, prácticamente, todo ha sido dicho. La eventual participación de los comunistas en el Gobierno y la naturaleza del programa socialista, inquietante para la derecha, serán los ternas que esta última desarrollará más ampliamente contra la izquierda. Los primeros sondeos sobre las intenciones de voto prevén un éxito aplastante del PS, que conseguiría él sólo el 36% de los sufragios. El PCF perdería más de un punto, respecto a las presidenciales, con el 14% que le atribuye la misma encuesta. El partido giscardiano Unión por la Democracia Francesa (UDF), con el 18,5%, también perdería, de igual manera que la RPR chiraquista, con el 17%.
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