Ruiz Miguel: "Las grandes faenas se hacen en los despachos"
Tras el escándalo de ayer, los tres diestros se apresuraron a cambiarse y abandonar rápidamente el hotel. Sólo Palomo Linares ya lo había anunciado, pues quería trasladarse lo antes posible a su finca, en Aranjuez. Hoy volverá a actuar, junto a dos triunfadores; uno, de hace días, Dámaso González; otro, de la pasada feria, Ruíz Miguel, a quien de poco le valió, hace ahora un año, cortar tres orejas a los Victorino «porque realmente las grandes faenas se hacen en los despachos».Francisco Ruiz Miguel se considera figura -«si no lo soy, que venga Dios y lo vea»-, pero á pesar de ello y de su triunfo de hace un año en San Isidro, quedó fuera de importantes ferias como Sevilla, Valencia donde el año pasado triunfó con los Miura-, Jerez, Puerto de Santa María, San Lúcar, Algeciras, Málaga... El diestro tiene una explicación clara: «Las ferias no se montan en función de los méritos de cada torero, se montan en los despachos y yo no tengo ni exclusivas, ni un apoderado que sea empresario, sino un apoderado sin más, como tiene que ser. Lo demás depende de mi porque me considero un profesional del toreo y por eso intento salvar la temporada en Madrid, como creo yo que debe ser».
Ruiz Miguel no vio la corrida de ayer, pero, por lo que oyó, estima que tuvo un balance muy triste: «Ese no quiere decir que la afición se vuelque hoy conmigo, porque el público de los toros es muy voluble». No espera que haya escándalo hoy «porque tal y como están las cosas, que hayan pasado siete de los ocho toros que trajo Luis Albarrán quiere decir que es una gran corrida».
Dámaso González cumplirá hoy su segundo y último compromiso en la feria. Vino ayer mismo desde Albacete y se quedó sin ver la corrida; tenía previsto parar por el camino para seguirla por televisión. No pudo ser. Y todo por culpa del cambio de toros: «Si es que es muy dificil presentar en una feria tan larga como San Isidro corridas ideales. Por eso no me extraña que todos los días haya problemas; yo veo lógico que unas veces vengan las corridas mejor presentadas que otras ».
La ilusión de Dámaso González es la de estar bien hoy: «No me
importa el triunfo absoluto, lo que quiero es que la gente esté conmigo, como cuando el año pasado, sin cortar orejas, di una vuelta al ruedo, inolvidable para mí; es la mayor satisfacción que puedo encontar, porque hubo años en que triunfé en otras ferias y en Madrid no tuve suerte».
Palomo Linares repite hoy, tras la corrida de ayer, de la que no quedó descontento de su actuación. El asegura que no tuvo nada que ver con la no retransmisión televisada: «Llegué al hotel a las dos y media de la tarde, y me dijeron que no se televisaba porque la corrida no iba completa. Por eso me parece incomprensible la explicación que dio Televisión Española, pues yo no intervine para nada en el tema. Es más, por la noche me dijeron si tendría inconveniente en que se televisara la de hoy, y dije que no. Si a mí me da igual. Lo que pasa es que me cuelgan todos los sambenitos, como la sustitución de los toros. Estos los compra el empresario, y yo no sé nada, ni tampoco me preocupa. La prueba está en que el año pasado maté en San Isidro uno de los toros más grandes que han salido en Madrid; era uno de Pablo Romero con casi setecientos kilos. Pero la gente, cuando está en contra de uno, le da igual lo que pueda hacer. ¡Pero no llamaban ayer becerro a mi primer toro y tenía más de seiscientos kilos! No entiendo las reacciones del público, porque siempre salgo a jugarme la vida. Ayer mismo nos abuchearon al hacer el paseíllo, seguro que por lo de la televisión; que chillasen los que se quedaron fuera de la plaza sin ver la corrida, no los de dentro».
La despedida de Palomo ayer en Las Ventas tuvo una fuerte división de opiniones. Palomo escuchó los pitos, pero más las palmas: «Y me fui contento, pero no satisfecho por no culminar mi actuación con la espada. Yo me reía en mi primer toro porque hacía las cosas para matarle bien, pero no había manera, siempre encontraba el hueso. Y esta vez tengo que darle la razón al público. Yo decía que sí, que estaba el toro en suerte, y siempre me equivoqué ».
Pepín Jiménez evoluciona favorablemente
La herida de Pepín Jiménez, corneado el miércoles en Las Ventas, evoluciona favorablemente. El novillero pasó un día tranquilo, recibiendo muchas visitas -ninguna de figuras del toreo-, y las previsiones son que entre quince y veinte días puede volver al ruedo. Una vez que termine de supurar la herida, ya no habrá posibles complicaciones.
Babelia
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