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La renuncia del general García Meza abre la carrera de la sucesión en Bolivia

La dimisión como jefe de las fuerzas armadas de Bolivia del general Luis García Meza y su anunciada renuncia a la presidencia de la República, el próximo 6 de agosto, ha abierto en el país andino la carrera a la sucesión, que los militares quieren resolver en el ámbito exclusivo de las FF AA. El 17 de julio, aniversario del golpe sangriento que llevó a Meza a la presidencia, los jefes de las principales unidades castrenses se reunirán para designar al nuevo hombre fuerte boliviano.

García Meza será reemplazado en el mando militar supremo por el general Humberto Cayoja, jefe de la VIII División, con sede en la ciudad de Santa Cruz, segunda en importancia del país. Lucio Añez sustituirá, al frente del Estado Mayor Conjunto, al general Edén Castillo, cesado tras la reciente rebelión de Cochabamba por su apoyo a los insurrectos.Los cambios en el Ejército boliviano dan carta de naturaleza oficial a la larga agonía de García Meza, privado de la confianza de sus compañeros de armas y desprestigiado internacionalmente por sus conexiones con los traficantes de cocaína. Durante los diez meses de su presidencia -que él anunció para «veinte años»-, Bolivia ha sufrido la más sangrienta represión de los últimos tiempos y ha sido colocada en la bancarrota económica.

La sublevación del lunes en Cochabamba, tercera en dos meses, acabó de dividir profundamente a los militares bolivianos y ha desembocado en este virtual golpe de palacio. El general Humberto Cayoja, que podría ser el próximo presidente de la República, ha evolucionado desde posiciones ultraderechistas a comienzo de la etapa Banzer -él dió en realidad el golpe de Estado de 1971- hasta otras dialogantes. Se le considera ahora un militar «institucionalista». El general Lucio Añez, jefe del Colegio Militar de La Paz, goza fama de abierto y partidario de soluciones democráticas y civiles.

Si los generales Cayoja y Añez permanecen en sus puestos hasta el 17 de julio, en que ha de celebrarse la decisiva reunión castrense, Bolivia puede dirigirse de nuevo hacia un proceso de retorno a un régimen civil mediante elecciones generales. Esta opinión ya fue ayer expresada, en México, por el vicepresidente electo boliviano, Jaime Paz Zamora, que debió exilarse con Hernán Siles Zuazo, tras el golpe que siguió a la victoria electoral de la Unidad Democrática y Popular (UDP), en junio del año pasado.

García Meza se definió ayer, en la capital boliviana, como un gobernante «de transición» y aseguró que él mismo propició los cambios en la cúpula militar que ponen fin a su reinado. El detonante político que inició la imparable caída del general golpista fue la explícita retirada, el mes pasado, del apoyo que prestaba al régimen actual el general retirado Hugo Banzer, candidato preferido de Washington para encabezar un Gobierno civil en Bolivia.

En La Paz se anuncia que catorce militares implicados en la abortada rebelión del lunes, en Cochabamba, están refugiados en la Nunciatura Apostólica y esperan abandonar Bolivia.

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