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La visita del rey Hussein a Moscú profundiza la ofensiva diplomática soviética en Oriente Próximo

El Kremlin prosigue su ofensiva diplomática en Oriente próximo. Ayer llegó a Moscú el rey Hussein de Jordania, acompañado de su primer ministro, Mudar Badrane, y el jefe del Gabinete real, Ahmad al Lozi. Esta visita había sido aplazada en diversas ocasiones. Primero, el pasado mes de octubre, cuando los jordanos rompieron sus relaciones antagónicas posturas frente al conflicto Irán-Irak. Posteriormente, en el mes de diciembre, Hussein prefirió retrasar de nuevo su desplazamiento a la capital soviética, ya que entonces acababa de ser firmado un acuerdo de amistad entre los Gobiernos de Damasco y Moscú.El viaje del monarca jordano se produce un mes después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Kuwait, jeque Al-yabar Assbah, y el líder libio, Muamar el Gadafi, se entrevistarán con las autoridades soviéticas.

La visita de Gadafi sirvió para reforzar las relaciones entre el Kremlin Y los miembros del Frente de la firmeza (Argelia, Libia, Siria, Organización para la Liberación de Palestina y Yemen del Sur).

Pero el Gobierno soviético tarribién pone buena cara a regímenes árabes más moderados. Las diplomacias de Kuwvait y la URSS encontraron también varios puntos de contacto, según se deducía de la lectura del corriunicado conjunto firmado después de la visita del jeque Al-yaber Assbah, hace ahora algo más de un mes.

Jordania -otro régimen moderado- y la Unión Soviética pasaban por un momento de malas relaciones, enconadas aún más después del inicio de la guerra irano-iraquí. A Finales de septiembre, cuando surgió este conflicto, el Gobierno de Arriman apoyó firniemente a los iraquíes, mientras que Siria -el país más incondicional de la URSS dentro de la región- optaba por los iraníes.

El varias veces aplazado viaje del rey Hussein toma significado especial en este momento, cuando la situación en Líbano es cada día más tensa, y el. Kremlin insiste en su propuesta de convocar una conferencia internacional sobre Oriente Próximo.

A este propósito, el presidente soviético Leónidas Breznev lanzó ayer un energico llamamiento a favor de la paz en Líbano y de condena de la «agresión israelí» contra este país.

La diplomacia soviética juega en esta ocasión con varias bazas favorables: de poco han servido los acuerdos de Camp David, y Moscú no cree tampoco que dé grandes resultados el viaje que actualmente realiza por Oriente Próximo el enviado especial del presidente norteamericano.

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