_
_
_
_
_
El asalto a la plaza de Cataluña

Los secuestradores del Banco Central llegaron a un acuerdo para rendirse a mediodía de ayer

Al mediodía de ayer los secuestradores que retenían entonces a un centenar de empleados y clientes del Banco Central, en la sede principal de éste en Barcelona, accedieron a rendirse, según informaron a este diario fuentes del grupo operativo que dirigía las acciones policiales. Los asaltantes precisaron en las negociaciones telefónicas que se rendirían después de comer y tras tomarse -textualmente- un tiempo de «relax». La dirección del grupo operativo, instalado en el Banco de Bilbao, en la misma plaza de Cataluña, concertó por teléfono con los asaltantes la forma de rendición. Esta debía llevarse a cabo en la puerta del banco asaltado. Los secuestradores abandonarían las armas en la acera, antes de entrar en un autobús de la policía que a continuación, precedido y seguido de sendas camionetas de los GEO, se dirigiría a la Jefatura Superior de Policía de Barcelona. En cambio, los rehenes permanecerían dentro del banco, donde la policía les tomaría declaración para después salir en pequeños grupos.

A primeras horas de la tarde llegó a las cercanías de la sede del grupo operativo un autobús de la policía. Se trataba del que iba ser utilizado para el traslado de los asaltantes, ya rendidos, a las dependencias policiales.Sobre las siete de la tarde, las mismas fuentes oficiales que indicaron la existencia del acuerdo de rendición precisaron que la situación se había complicado. Según las fuentes un grupo de unos ocho asaltantes no estaba dispuesto a rendirse, sino que deseaba resistir o bien intentar huir.

Esta última posibilidad es la que las fuentes informantes consideraban más probable. Se temía en particular que al anochecer los asaltantes intentasen salir desarmados, junto con los rehenes y con la pretensión de escapar al cerco policial. Por ello. éste fue reforzado y pasó a estar compuesto por dos compañías (unos 250 hombres), al tiempo que era solicitado el envío de una compañía suplementaria de la Policía Nacional desde Valencia. Esta última llegó sobre las 8.30 horas.

A lo largo de toda la tarde fueron liberados diversos grupos de rehe nes, cada vez mayores. A las siete de la tarde se encontraban dentro del banco unos sesenta rehenes. Se esperaba que poco después hubiese nuevas liberaciones.

Negociaciones con los secuestradores

Al mediodía el director general de la Policía, José Luis Fernández Dopico. y el delegado general del Gobierno en Cataluña, Juan José Rovira, se dirigieron a la puerta del Banco Central con, el fin de negociar con los secuestradores. Antes de entrar fueron cacheados por un empleado del banco que era apuntado con una pistola por un secuestrador desde el dintel de la puerta. Los negociadores permanecieron media hora dentro de la sede bancaria.Posteriormente se supo que los representantes del Gobierno reiteraron su decidida voluntad de impedir la huida de los secuestradores. Indicaron que la única posibilidad era una rendición total.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Poco después de salir los negociadores miembros de la Cruz Roja enviaron el almuerzo para secuestrados y secuestradores. El prime plato era consomé. Para la entrega de la comida uno de los secuestradores salió fuera del banco amparándose en el cuerpo de un empleado al que tenía sujeto, al tiempo que le apoyaba una pistola de grueso calibre en la nuca o en la sien. El secuestrador llevaba una capucha o pasamontañas de color oscuro y era absolutamente imposible apreciar ninguna facción de su rostro. Parecía joven.

A primeras horas de la tarde una emisora local barcelonesa entró en contacto telefónico con el Banco Central. Fue leído un comunicado de los secuestrados en el que, de forma incomprensible y sorprendente, se daba: una versión escandalosamente benévola de la actitud de los terroristas, que habían asaltado el banco. A continuación habló el desconocido «número uno» que dirigía a los asaltantes. Este confirmó que, como se indicaba ya en la edición de ayer, los secuestradores están divididos en tres comandos de ocho hombres cada uno. El texto de estas declaraciones aparece en extracto en la edición de este periódico.

La falta de información oficial, la increíble declaración de los secuestrados, llena de benevolencia hacia los secuestradores, y las declaraciones del jefe terrorista crearon una reacción muy favorable a las peticiones de los secuestradores entre los familiares de los secuestrados.

Fracasó el golpe

De las manifestaciones del «número uno» cabe destacar la alusión al «fracaso del golpe», y el hecho que solamente se solicitara un avión para abandonar el país, renunciaron, pues, a las anteriores exigencias de liberación de cuatro implicados en el golpe de Estado del 23 de febrero.Sobre las seis de la tarde, los periodistas fueron autorizados a entrar en el Banco de Bilbao, donde había montado su puesto de mando el grupo Operativo. En unas breves declaraciones del delegado del Gobierno en Cataluña, Juan José Rovira Tarazona se solicitó que se comprendieran las razones del silencio que había caracterizado todas las acciones policiales. Agregó que esperaba un feliz desenlace pronto y que, una vez llevado a cabo éste, facilitaría todo tipo de detalles respecto al desarrollo de los hechos.

El delegado del Gobierno manifestó que se desconocía la filiación de todos y cada uno de los asaltantes, pese a que diversas fuentes habían indicado que uno de los mismos pudiese ser el capitán Sánchez Valiente, implicado directamente en la toma del Parlamento el pasado 23 de febrero y posteriormente huido a Gran Bretaña.

Además de la ignorancia respecto a la afiliación de los asaltantes destacaba el hecho de que el acto terrorista careciese de todo tipo de apoyos conocidos, y que, por otro lado, no hubiese generado ninguna acción complementaria de orden más general.

Declaraciones de Cordech

«Los contactos con los asaltantes son progresivamente positivos. Me parece que ellos son ya conscientes de que se han equivocado», afirmó, por su parte, el gobernador civil de Barcelona, quien insistió en que los muchos contactos que se mantienen con los asaltantes indican que el momento es bueno y que se avanza sustancialmente. «Se ha rebajado», dijo, «el clima de tensión y parece que está empezando a imperar el sentido común».Al referirse a los rehenes que aún continuaban en poder de los asaltantes, Cordech indicó que constituían un gravísimo problema que había que intentar resolver cuanto antes.

Por otra parte, el gobernador se refirió a los muchos centenares de barceloneses que siguen los acontecimientos desde las proximidades del banco, y dijo que constituían «un elemento negativo». En este sentido, dio a entender que los asaltantes podían interpretar tal presencia como una muestra de apoyo a su actitud.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_