Alfonso Guerra afirma que con la ruptura política se hubiera evitado la intentona militar
«Las razones de que aquí se intente dar un golpe de Estado y en Inglaterra no son que en España no ha existido una ruptura democrática y que ha habido que llegar a acuerdos y' consensos por la ausencia de un partido de derechas que pudiera defender sus ideas; el poder de la derecha no se entiende siquiera con la derecha oligárquica y financiera», dijo anoche Alfonso Guerra, número dos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en el debate del programa de televisión La clave, cuyo coloquio versó sobre «las armas de la democracia».
La concertación y el consenso en determinados momentos de la transición política fueron criticados por Jorge Verstryrige, secretario general de Alianza Popular (AP), quien en sus intervenciones dijo con respecto al 23-F que «hay que dejar la caza de brujas».Juan Luis Cebrián, director de EL PAIS, afirmó que los partidos del consenso han descapitalizado en cierta medida a la clase política española, y añadió que «el 23 de febrero se acabó el modelo de transición política, y si queremos salvar el régimen hay que inventarse uno nuevo: si el error fue no hacer la ruptura, habrá que hacerla; si el error ha sido la existencia de demasiado consenso, habrá que tener menos». Cebrián indicó que «la gente no se siente atendida por los políticos, y así surgen asociaciones paralelas que están vaciando de militancia a los partidos, los cuales están bajando de afiliación y tienen problemas de democracia interna». Esta intervención fue contestada por Verstryrige, de AP, y José Ramón Caso, secretario de organización de UCD, quienes afirmaron que sus respectivas formaciones están creciendo en número de afiliados.
El comunista Simón Sánchez Montero dijo que «a todos los demócratas les interesa el fortalecimiento de los partidos políticos que defienden la democracia, y añadió que el primer acto del Rey tras la liberación de los diputados y del Gobierno el 24 de febrero fue recibir a los dirigentes de los cuatro partidos principales.
La intervención de Juan Luis Cebrián en el sentido de que el Parlamento había aprobado leyes que pueden atacar la libertad de expresión y que la izquierda había votado una ley antiterrorista cuando había sufrido los efectos de otras disposiciones similares hizo responder a Alfonso Guerra, que calificó a Tejero como «mamporrero del golpe», que mucha gente vive bajo la presión psicológica del golpe y que las autocensuras no se ven sólo en la clase política. «Hay periódicos», dijo Guerra, «que han levantado informaciones ya hechas sobre los sucesos de Almería, y hay un señor que preside la agencia oficial de noticias, con miles de millones del erario público, que se ha dedicado a publicar que Alfonso Armada es un caballero. A este señor nadie le ha quitado de su puesto».
Los recientes casos de censuras y manipulaciones en Televisión Española también fueron tratados. Guerra se preguntó «cómo es posible que un ministro de Asuntos Exteriores venga y diga que si no graba cinco minutos para el programa de la OTAN esto se cae, y que afirme que le manda la superioridad». Caso, representante de UCD, dijo que su partido no tenía miedo y que estaba gobernando, a lo que le respondió Cebrián diciendo que, si el Gobierno no tenía miedo, que explicara por qué había cesado al director de los servicios informativos de Televisión Española por mostrar los problemas del paro. El centrista respondió: «El Gobierno no cesa, a nadie. Si dices eso, están llamando mentiroso al director del Ente Público de RTVE».
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