La OMS, contra los excesos publicitarios de la leche maternizada
Por 118 votos a favor, entre ellos el de España, sólo uno en contra, el de Estados Unidos, y tres abstenciones (Japón, Corea del Sur y Argentina), la 341 Asamblea Mundial de la Salud de la OMS aprobó en el día de ayer un cuerpo reglamentario conteniendo recomendaciones relativas a la comercialización de los sustitutos de la leche materna, tendentes a evitar el abuso publicitario y las «manipulaciones», a través de las cuales un grupo de multinacionales estimula, especialmente en los países del Tercer Mundo, el consumo de dichos productos, en detrimento de la salud de los recién nacidos, según consta en numerosos informes médicos.
El gran opositor en la asamblea a este conjunto de recomendaciones fue Estados Unidos, cuya delegación no logró convencer a los países de la CEE para que se sumaran con votos negativos. La Comunidad Económica Europea difundió una declaración fundamentando su apoyo al código de aplicación voluntaria.La aprobación de este código, con carácter de recomendación, que toca directamente los intereses de un grupo de catorce multinacionales (cuatro japonesas, cinco holandesas, una de Estados Unidos, una francesa, una danesa, una inglesa y una suiza, la poderosa Nestle), todas ellas agrupadas en el Consejo Internacional de Industrias de Alimentos Infantiles (ICIFI), no tiene precedentes en el seno de la Organización Mundial de la Salud, como tampoco dentro del sistema de las Naciones Unidas.
En esa medida, la adopción del código, «bastante severo y preciso», según los expertos, constituye un triunfo de la Red Internacional de Grupos de Acción para la Alimentación Infantil (IBFAN), que desde hace algunos años, viene denunciando internacionalmente el peligro del uso indiscriminado de la leche en polvo.
Cabe recordar que, mientras IBFAN se propuso la aprobación de un código obligatorio, ICIFI (cuyo grupo multinacional provee más del 85% de la leche en polvo que se consume en los países del Tercer Mundo), abogó hasta el último por el criterio de reglamentos nacionales que «dicten los Gobiernos de acuerdo con la realidad de cada país».
En uno de los artículos del código se establece claramente que toda información audiovisual o bajo otras formas de comunicación, de cara a las futuras madres, debería establecer claramente. «las ventajas y la superioridad de la leche materna». Se dice también que «no debería haber ni publicidad ni ninguna otra forma de promoción», dirigida al gran público, sobre productos que determina el código, como asimismo se prohibe a los fabricantes y a los distribuidores proporcionar, directa o indirectamente, a las mujeres embarazadas, a las madres o miembros de sus familias muestras de productos (sustitutos de leche materna especialmente), que también determina el código. Con la adopción de este conjunto de normas adoptadas por amplia mayoría en la Asamblea Mundial de la Salud, integrada por los 155 Estados miembros de la OMS, se atenúa una vieja polémica en torno a la cual surgieron no pocas revelaciones.
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