Dudas sobre la autenticidad de un cuadro atribuido a Ribera
La puesta a la venta, en la galería Llamas, de Bilbao, de un cuadro que se presenta como original del pintor valenciano José Ribera, con el título El martirio de san Bartolomé, que se daba como desaparecido en vida de aquél, ha suscitado el interés de los compradores (el precio se ha fijado en diez millones) y una creciente polémica sobre su autenticidad entre los expertos, informa Javier Angulo desde Bilbao.Los historiadores de arte Diego Angulo y Alfonso Pérez Sánchez coincidieron ayer al afirmar que a partir de la observación de la fotografía borrosa del cuadro no encuentran ningún motivo para decir que la obra es de Ribera. Diego Angulo declaró que el cuadro es una copia de una estampa firmada por Ribera, a partir de la cual se han hecho muchas copias. «Si ha existido un cuadro original, todavía no ha sido identificado, y la mayor parte de las copias que se conocen son copias de la estampa». Alfonso Pérez Sánchez opina que parece una buena copia antigua del grabado de Ribera y afirmó que en vida del pintor no hay ningún cuadro famoso desaparecido.
A los posibles compradores que se han interesado por el cuadro se les asegura que el mismo es auténtico, y junto al testimonio de quien lo restauró se adjuntan dos certificados de académicos en los que se analiza la obra. En uno de ellos, realizado por Nicolás Osuna Rodríguez el 7 de octubre de 1980 (véase EL PAIS de ayer), se asegura que «sin discusión de ninguna clase» el lienzo es obra de José Ribera.
En un segundo certificado, manuscrito en el reverso, de una fotografía del cuadro, Bernardino de Pantorba, miembro de las academias de Córdoba y Sevilla y de la Hispanic Society of America, de Nueva York, afirma que el lienzo «copia la composición del aguafuerte (con el mismo tema) realizado por el maestro Ribera sólo con levísimas variantes». Aunque se pronuncia por el necesario reconocimiento de la obra por parte de otros expertos, apunta, sin embargo, como hipótesis probables: que el cuadro pudo ser pintado por discípulos o continuadores de la obra de Ribera; que el maestro pudo pintar una parte y aquéllos el resto; o, simplemente, que el lienzo se realizó en el estudio de aquél. No obstante, el académico no niega «una posibilidad -felicísima- de que llegue a descubrirse que se trata de una obra original de Ribera».
Andrés Grifell. Díaz, que realizó la restauración del cuadro, insiste en su autenticidad y afirma que los martirios de san Bartolomé que se cuelgan en el Prado, Grenoble y Barcelona son meras copias del aguafuerte del mismo tema realizado por Ribera, que se expone en la galería de estampas del Louvre, en París.
Babelia
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