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Argelia y la URSS firman varios acuerdos de cooperación energética

Argelia ha decidido esta semana reforzar su cooperación energética con la Unión Soviética al término de la visita hecha a Moscú por el ministro argelino de Energía, Belkacem Nabi. Según se desprende, de las informaciones dadas a conocer en Argel, la estancia en la capital soviética del ministro argelino ha desembocado en una serie de acuerdos entre los dos países en materia de transporte y explotación de hidrocarburos, transferencia tecnológica referida al sector energético y cooperación múltiple en lo que concierne al tema concreto del gas natural.

La Unión Soviética parece haber concedido a Argelia una línea de crédito clearing, de más de ochocientos millones de dólares, a lo largo de cinco años.La cooperación múltiple en lo que respecta al gas natural significaría, según la opinión de medios solventes, que Argelia habría sensibilizado a los soviéticos para que éstos limitasen su política de dumping a la hora de exportar masivamente su gas natural a varios países de Europa occidental que, como en el caso de Francia, mantiene un grave contencioso con Argel a propósito del precio del GNL argelino.

Una sesibilización de Moscú a los argumentos expuestos por la parte argelina no podría materializarse sin una contrapartida de este último país. De ahí que la mención, por los dos países, de la «voluntad política común de desarrollar la cooperación energética» suscite buen número de interrogantes, uno de los cuales sería conocer si los argelinos se han decidido ahora a aceptar un nivel de transferencia de tecnología en materia de gas y petróleo, que siempre han considerado como poco interesante viniendo del bloque soviético.

El intercambio de experiencias en el tema de la tecnología aplicada al licuado del gas natural beneficiaría mucho más a los soviéticos que a los argelinos, en la medida en que son los segundos los que cuentan con la más avanzada, adquirida a alto precio a Estados Unidos, Japón y Francia. Los soviéticos nunca han hecho aquí abstracción de su interés por tener acceso a sectores de esa tecnología que, como en el caso de los módulos de refrigeración criogénicos, destinados al licuado del gas metano, rebasa los límites conocidos de la propia tecnología soviética.

La firma, a comienzos de abril pasado, de un acuerdo entre Argel y Bruselas, a propósito del precio del GNL, situando el millón de unidades BTU (norma británica equivalente a 293 kilovatio por hora) en 4,80 dólares, unido al principio de un reajuste progresivo de precios, ha sido considerado por Argelia como la única base de referencia a la hora de discutir precios con el resto de sus clientes occidentales.

El acuerdo firmado por los belgas ha sido calificado aquí poco menos que de histórico, teniendo en cuenta que viene a materializar el principio de la paridad de la termia gas con la del petróleo.

El acuerdo belga-argeli no significa que el precio de 4,80 dólares FOB el millón de BTU evolucionará sobre la base de la equivalencia energética con el aumento del precio del crudo ligero. El precio de ese crudo será constituido por una equivalencia de precios unitarios, formados a su vez por una mitad integrada por los precios del crudo importado por Bélgica y en su otra mitad, por el de los precios de los crudos ligeros vendidos por países exportadores de GNL.

Frente a esa situación de inflexibilidad de Argel, la firma de acuerdos con los clientes americano, francés y español queda supeditada a una voluntad política. Por lo que se refiere a los americanos, Argel recibirá el próximo día 22 de este mes la visita del antiguo secretario de Estado adjunto norteamericano Warren Cristopher, encargado de reanudar las negociaciones, en tanto que con las firmas Gaz de France y Enagás los contactos parecen estar poco menos que paralizados.

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