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El sector privado seguirá dominando en la economía francesa

El sector privado seguirá dominando en la economía francesa, pese a la importante ampliación de las nacionalizaciones que se propone hacer François Mitterrand.Abundan en este terreno cifras muy contradictorias, por haberse tomado por referencia datos diferentes, según las conveniencias de la campaña electoral.

Por un lado, no es lo mismo, para reflejar la amplitud del fenómeno, hablar del volumen de ingresos, de las inversiones o de la mano de obra para deducir en qué situación quedará la economía.

Por otro, el programa o plataforma que sirvió de base a Mitterrand es mucho más modesto que el programa socialista y aún más de lo que deseaba el partido comunista.

Este problema de las nacionalizaciones fue el principal factor de la ruptura de la unión de izquierdas en 1977.

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Los comunistas exigían que las filiales siguieran la misma suerte de la casa madre, es decir, que fueran nacionalizadas sin excepción.

Los socialistas se basaron, para interpretar el programa común de la izquierda de 1972, en nacionalizaciones anteriores, o sea, las del Frente Popular en 1936 y las del general De Gaulle tras la última guerra mundial.

Por ello se atenían a la inclusión de las filiales sólo cuando en su capital la empresa madre poseía más del 50% de participación.

Las precisiones hechas por el presidente electo cuando era aún simple candidato indican que en el sector industrial se nacionalizarán once grandes empresas.

Representan algo así como el 18% de la inversión industrial francesa, e incluyéndolas, la parte nacionalizada global de las inversiones asciende al 30%.

Por su importancia, estos grupos tan complejos tienen ingresos muy elevados: un 20% de la cifra total de negocios de la industria, que, unido a los ingresos de empresas ya nacionalizadas, arroja una proporción global del 40%.

Esta lista, precisó tajantemente Mitterrand, tiene «valor de contrato», es decir, que no podrá ampliarse durante su septenio.

Yendo lo más lejos posible en el análisis de la evolución económica, esta indemnización, que tendrá un valor enorme, dará lugar en algunos casos a inversiones en el sector privado, con lo que se llegará, gracias a la fuerza de la iniciativa privada, a un refuerzo de esta última.

En el sector bancario, Mitterrand no se paró en mientes: todos los bancos privados serán nacionalizados, salvo los del sector mutualista.

Esta tajante decisión oculta sólo un leve desplazamiento, pues al sector mutualista corresponde un 40% del mercado de negocios y un 20% fue nacionalizado durante el Gobierno provisional del general De Gaulle (diciembre de 1945).

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