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Venezuela justifica el envío de ayuda militar norteamericana a la Junta salvadoreña

«En El Salvador se ha presentado la fuerza guerrillera mejor armada que haya habido nunca en el continente latinoamericano. Ni Fidel Castro ni los sandinistas tuvieron las armas que tiene la guerrilla salvadoreña, y esas amas, que yo sepa, no son de fabricación casera, aunque tampoco sé exactamente de dónde vienen». Con estas palabras, el presidente venezolano, Luis Herrera Campins, ha justificado implícitamente el envío de ayuda militar estadounidense a la Junta salvadoreña, hecho que se negó a calificar como una intervención, ya que se ha producido a petición de parte.

El primer mandatario venezolano, en conferencia de Prensa con un grupo de periodistas extranjeros, precisó, sin embargo, que El Salvador no necesita más armamento, sino un esfuerzo general para erradicar la violencia actual y conseguir la instalación de un régimen democrático.En este sentido, se mostró dispuesto a efectuar cuantos esfuerzos sean precisos para el logro de la paz, siempre que así se lo pidan las partes en conflicto. En el transcurso de sus extensas declaraciones habló en todo momento de «buenos oficios» y «mediaciones», eludiendo con cuidado todo compromiso de «negociación», término que al parecer preocupa sobremanera a los militares salvadoreños y al propio José Napoleón Duarte, por cuanto pueda significar de debilidad ante unas organizaciones a las que siempre califican de terroristas.

Tampoco Herrera Campins concretó si la mediación conjunta ofrecida por México y Venezuela hace unas semanas ha sido ya puesta en marcha. Esta iniciativa ha sido elogiada públicamente por las partes en conflicto y aun por políticos estadounidenses, aunque el Departamento de Estado acaba de puntualizar que cualquier eventual negociación debe tratar sobre una próxima convocatoria de elecciones, y en ningún caso, acerca de un posible reparto de tareas de Gobierno.

Una posible mediación a través del binomio México-Venezuela se presenta en estos momentos como la única capaz de abrir una brecha pacificadora en el pequeño país centroamericano.

El Gobierno mexicano cuenta con la aprobación del Frente Democrático Revolucionario (FDR), en tanto que el actual equipo gobernante de Venezuela tiene toda la confianza de José Napoleón Duarte, a quien Herrera Campins ha calificado como «la personalidad política y civil más sobresaliente» de El Salvador.

Elogios a Duarte

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El presidente venezolano elogió el ánimo democrático de Duarte, con quien dijo que ha compartido desde hace veinte años sus luchas contra las dictaduras salvadoreñas, precisamente en momentos en que Estados Unidos las apoyaba. Aprovechó este hecho para marcar algunas distancias respecto a la política norteamericana, de la que se le suele considerar como uno de los más firmes aliados.Su negativa a criticar el envío de armas norteamericanas no le impidió insistir en la vocación antiintervencionista de Venezuela, cuyo Gobierno aseguró que no ha enviado una sola bala a El Salvador.

Herrera insistió en la voluntad pacifista de Venezuela -«el único país», dijo, «que nunca ha sostenido una guerra con sus vecinos»-, lo cual no impide que en la actualidad tengan dos contenciosos fronterizos con Colombia y Guayana, que han motivado declaraciones belicistas por parte de algunos militares venezolanos. En el caso de Guayana se encuentra en litigio una extensa zona de 150.000 kilómetros cuadrados, que el Reino Unido arrebató en plena guerra de independencia con España, de ahí que el Gobierno venezolano trate ahora de buscar la mediación de la antigua metrópoli para evitar que los incidentes armados que ya se han producido en la frontera puedan degenerar en una guerra abierta.

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