Cantar y Tañer, trinchera de la música de cámara

La vida musical madrileña, que ha experimentado, cómo es notorio, un crecimiento progresivo, padece de ciertas carencias importantes: no es la menor la de la música de cámara en sentido estricto. Este género, tan bien cultivado cuando apenas existían actividades sinfónicas por distintas sociedades, con la benemérita Filarmónica en cabeza y el antecedente de la Sociedad de Cuartetos, cuenta hoy, prácticamente, con una sola trinchera: Cantar y Tañer.Ahora, como clausura de curso, Cantar y Tañer nos ha ofrecido la serie de Trios para cuerda, de Beethoven, interesante parcela por cuanto, al contrario de lo que sucede con otros géneros, se inscribe en un breve período creativo del compositor: el que va de 1792 a 1798. Sin embargo, por muchas conexiones que puedan existir con el pasado inmediato, en estas obras Beethoven asoma, con clara definición, los perfiles de su genio in conformista, los matices de su poderosa invención.

En dos sesiones, desarrolladas en días consecutivos, en la sala Fénix, el Trio Bell'Arte, de Stuttgart, ha ofrecido excelentes versiones de los Tríos opus 3 y 9, además del Opus 8 o Trío serenata. Forman la agrupación tres conocidos y prestigiosos instrumentistas alemanes: la violinista augsburguesa Susanne Lautenbacher, el violista Ulrich Koch, y el violonchelista Martín Ostertag, de Braunschweig y Lörrach/Baden, respectivamente. Después de diez años largos de labor, han conseguido la difícil unidad de técnica y estilo, la fusión en un solo y triple instrumento de todas las características individuales por vía de aportación y enriquecimiento antes que por neutralización de las singularidades.

El Trío Bell'Arte sirve a un «ideal sonoro» desde conceptos interpretativos rigurosos, flexibles y de fuerte expresividad. La conformación rítmica de sus versiones es excelente, así como la claridad de la textura, la buena conducción de las voces, los acentos, articulaciones, respiraciones y todo cuanto redunda en un magistral servicio a la música de cámara, según la concibe Beethoven cuando empieza a despegarse, más o menos tenuemente, del clasicismo vienes y antes de enfilar su proa, decididamente, hacia el romanticismo.

A los cinco tríos, añadieron Koch y Ostergar un interesante Dúo con anteojos obligados, obra incompleta y no publicada hasta 1921.