Cómo crear un millón de puestos de trabajo
En EL PAIS del 17 de agosto de 1977 esbocé una teoría de control de desempleo e inflación en una economía mixta moderna, como la que se practica en Europa occidental. El método propuesto consiste esencialmente en una canalización muy precisa por el Estado de una proporción del dinero del país para corregir el desequilibrio excesivo entre oferta y demanda en los principales sectores del mercado, desequilibrio que suele originar paro e inflación en estas economías.Esta canalización o reorientación de una masa de dinero por el Estado, para ser eficaz ha de cumplir los siguientes requisitos, y que hasta ahora no se persiguen con suficiente empeño en la mayoría de los ensayos intervencionistas para corregir el paro y la inflación en los Estados capitalistas:
1. El dinero invertido por el Estado para reducir el paro e inflación debe dedicarse precisamente a aumentar la producción de aquellos bienes para los que hay más demanda. Esto tenderá a reducir la inflación de precios y recuperar más fácilmente el dinero invertido.
2. El dinero invertido, en lo posible, debe provenir de aquellos sectores en que su inversión hubiera tenido menos productividad.
Es decir, la técnica estabilizadora del Estado debe cumplir la siguiente y sencilla condición: aumentar la oferta de bienes en mucha demanda, reducir los gastos poco productivos. La doctrina monetaria, por ejemplo, aunque persigue este propósito, lo hace tan indirectamente que su acción es muy lenta, y además su eficacia se diluye en el mercado internacional.
Un proyecto posible
Sin entrar en más argumentos teóricos, se presenta a continuación una fórmula estrictamente práctica, aplicable a la situación actual de España. Este es un proyecto posible, razonable, pero que requiere un intervencionismo fuerte, decidido, ágil por parte de la Administración. Sin duda las consecuencias serían una corrección espectacular, histórica, en la tradición de las economías modernas, de la actual situación critica de la economía española.
Se pretende, al menos en este ejemplo, reducir el número de parados en un millón. (Quizá en una aplicación real bastará reducir todas las magnitudes en un 25%, puesto que los efectos secundarios absorberían otros 200.000 o 300.000 parados.) Para ello se necesita una inversión aproximada de 1.200 miles de millones de pesetas en un año. Pero esta cantidad hay que obtenerla sin desequilibrar el resto de la economía, y sin aumentar la inflación, más bien al contrario. Además, esta inversión ha de aprovechar la capacidad y especialización, en general poco desarrolladas, de estos parados. Es, además, esencial, que esta inversión de 1,2 billones de pesetas produzca bienes que tiendan a mantener o mejorar el equilibrio económico del país en años posteriores.
El proyecto siguiente satisface las condiciones anteriores.
Financiación:
A) El Estado aporta 0,4 billones como préstamo del Banco de España, a cargo del déficit del Presupuesto (con un riesgo teórico de aumento de inflación de un 2%).
B) Empréstito nacional de 0,2 billones, con coste anual de 0,05 billones.
C) Préstamo del Fondo de Desempleo de 0,3 billones (precisamente el costo del desempleo de un millón de parados). Este es un préstamo a fondo perdido.
D) Aumento de ingresos de 0, 15 billones en Hacienda debido a un aumento de un millón de personas en empleo y un aumento adicional de un 4% en la actividad económica del país.
E) Préstamo de bancos y cajas de ahorro de 0, 15 billones, con costo anual de 0,04 billones.
Total: 1,2 billones de pesetas en un año.
Propuesta de utilización del fondo de 1,2 billones, con empleo de un millón de personas en un año:
a) Construcción de 200.000 viviendas sociales (además de las que ya promueve el Estado). Costo: 0,5 billones. Estas se edificarán en zonas medias y pobres, como Andalucía y la periferia de Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza.
b) Construcción de colegios, institutos, centros culturales, y aumento de contratados en la educación: 0,075 billones.
c) Mejoras sistemáticas de la infraestructura urbana en ciudades y pueblos de España: 0,075 billones.
d) Mejoras en la red vial y en los accesos a y circunvalación de ciudades, pueblos y zonas industriales: 0,05 billones.
e) Ayuda a la investigación y desarrollo tecnológico, estatal y privado: 0,05 billones.
f) Construcción de hospitales, policlínicas y centros de gimnasia y recuperación: 0,05 billones.
g) Repoblación forestal y planificación del bosque: 0, 1 billón.
h) Préstamos a la industria para ampliar y mejorar las instalaciones y la productividad: 0,2 billones. Está condicionado a un aumento de plantilla y de aprendíces.
i) Préstamos para acondicionar, modernizar y ampliar viviendas y fincas: 0,05 billones.
j) Desarrollo y promoción de nuevas fuentes de energía (eólica, solar), sobre todo ayuda para pequeñas instalaciones en el sur de España y cerca de las costas (eólica): 0,05 billones.
Total de inversión: 1,2 billones de pesetas en un año.
Las partidas a), h), i) y j), ésta parcialmente, son inversiones directamente recuperables por el Estado (60% en un plazo de unos cinco años), por lo que la inversión A) queda comensada con un activo de las citadas partidas en la contabilidad del Estado, y una corres pondiente anulación de efectos inflacionarios. Las inversiones b), c), d) y e) mejoran la comodidad y eficacia de la sociedad, y pueden considerarse financiadas por C) y D). Las inversiones g) y h) son rentables a medio y largo plazo (cinco a quince años) y se entienden cubiertas por los empréstitos B) y E).
En resumen, este plan daría empleo a un millón de mano de obra barata y poco especializada, produciendo resultados concretos, útiles, rentables, que compensarían, directa o indirectamente, las inversiones realizadas, y en su conjunto afectarían poco al equilibrio del resto de la economía. En particular, daría. empleo a unos 40.000 licenciados y técnicos medios, quienes ahora se encuentran desmoralizados y sin una salida profesional adecuada. Este proyecto no sería un parche, sino una acción esencialmente correcta de redistribución hacia gastos productivos de una gran masa de dinero hasta ahora estancada o dedicada a gastos improductivos, como subvención de paro, inflación de precios por poca productividad o importaciones de lujo.
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