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Alivio en Polonia tras las declaraciones de Breznev en Praga

Las declaraciones del lider soviético, Leónidas Breznev, en Praga, que han coincidido con el fin de las maniobras Soyuz 81 del Pacto de Varsovia, han sido acogidas positivamente en Varsovia. Los dos hechos se interpretan como una tregua del Kremlin, que da un nuevo plazo a los dirigentes del Partido Comunista polaco (POUP) para que pongan su casa en orden.

El presidente de los sindicatos libres polacos Solidaridad, Lech Walesa, declaró ayer al periódico católico Slowo Powszechne, que era el momento de poner fin a la confrontación y emprender negociaciones con las autoridades.A juicio de los observadores, uno de los elementos más positivos del discurso de Praga reside en la mención de Breznev a «los patriotas» polacos, asimilados a los comunistas, para que conduzcan la lucha «contra los enemigos de la independencia de Polonia y para preservar la causa del socialismo».

Se compara así con las palabras pronunciadas por el primer secretario del POUP, Stanislaw Kania, en los plenos octavo y noveno de su comité central sobre la necesidad de «reagrupar a los hombres de buena voluntad» para sacar al país de la crisis. En términos similares se definió el primer ministro, general Wojciech JaruzeIski, en su investidura del pasado mes de febrero.

Se deduce, pues, que, de momento, el Kremlin deja a los dirigentes de Varsovia proseguir la vía de la renovación socialista (odnowa) y el diálogo social con los sindicatos independientes.

Esta es la opinión reflejada ayer por el órgano del POUP, Tribuna Ludu, aludiendo al apoyo de Breznev «a los comunistas y patriotas». En términos similares se manifestó el órgano oficioso del Gobierno Zycie Warszawy.

En relación con las declaraciones de Walesa, el líder obrero dijo que «hubo un tiempo en que la única forma de llegar a un acuerdo era la confrontación, pero ahora es el momento de realizar los contratos firmados».

Dejar que maduren los frutos

En referencia al peligro y las presiones que se ejercen sobre su país, manifestó que «no vale la pena arriesgarse ahora tanto, después de que se ha logrado mucho; estamos dispuestos a escuchar las voces del partido, los gobernadores (voivodas) e incluso las comisarías de policía».

«Se necesita tiempo para que maduren los frutos de Solidaridad. De ahí que debemos procurar no destruir ninguno de los logros sociales», añadió.

Walesa no excluyó la vuelta a la huelga en caso de que no hubiera otra solución, pero especificó que los sindicatos buscarían el entendimiento por todos los medios sin angustiar a la sociedad.

Nuevas directrices

Otro síntoma más que deja adivinar un período de tranquilidad social en el país fue el anuncio, ayer, de la reunión del pleno del Comité Central, el décimo, para finales de abril, donde se esperan nuevas directrices para la celebración del IX Congreso, extraordinario, del POUP.

Además de hacer frente a la siempre evidente divergencia en el seno del partido, que se salda momentáneamente a favor del equipo Kania-Jaruzelski, partidarios de la línea de diálogo con Walesa y los obreros, se trata de definir una política de unidad dentro del POUP de cara a los problemas vitales, económicos y sociales de Polonia y la etapa de cambios.

Por su parte, los agricultores de Bydgoszcz, región que fue dejada al margen de los acuerdos de Solidaridad, de la semana pasada, para desconvocar la huelga general, solicitaron nuevamente, en una carta a Jaruzelski, la legalización del sindicato campesino Solidaridad Rural, reafirmando que esta asociación carece de intenciones políticas y reconoce el papel dirigente del partido comunista.

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