Más pena que risa

Como ex componente del reemplazo de 1941 (la quinta del biberón) y conociendo a fondo la organización superior del Ejército de Tierra, por haber permanecido casi siete años en servicios militares, como soldado (o cabo provisional) en destinos, creo o me creo con algún derecho a opinar sobre el problema que estamos padeciendo actualmente.Me parece que la Constitución española refleja o quiere reflejar una situación de Estado de derecho -que, por lo visto, no tuvimos desde 1939 hasta que fue confirmada dicha Constitución- y, por supuesto, de democracia. Los signos de esta democracia y de este Estado de derecho son, o deben ser, múltiples. Por tanto, cualquier signo que permanezca del Estado de no derecho y, desde luego, de no democracia habría que suprimirle.

Al Estado de no derecho accedimos por un levantamiento que se puede clasificar como faccioso. Por tanto, cualquier signo que eternice dicha lucha provocada por facción debería simplemente, suprimirse.

Cualquier signo que cualquier persona, sea cual fuere su estado social, profesión, oficio, etcétera, ostente en actos públicos y privados, que se relacione con la incivil guerra española y que lo sea como recompensa del Estado de no derecho y no demócrata -mejor dicho, enemigo de la democracia- debe suprimirse.

Si no se hace así, ésta va a ser la magna, esplendorosa, manicomial, ceremonia de las confusiones. Ver demócratas con signos de antidemocracia o Estado de no derecho produce no risa, sino pena./