El psicoanálisis es hoy un objeto de consumo, dice Aranguren en un acto sobre Fromm
Organizado por la editorial Fondo de Cultura Económica y el Grupo de Psicoterapia Humanista, se celebró el jueves 26 de marzo, en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid, la presentación del libro de Florentina Moreno Hombre y sociedad en el pensamiento de Fromm.
En primer término habló el profesor José Luis L. Aranguren, quien destacó varias vertientes en la figura de Fromm: el sociológico, el religioso judío que desembocó en el budismo zen, el de miembro de la Escuela de Francfort, el marxista crítico, pues ocurre con el marxismo lo mismo que sucedió con el cristianismo, que se ha dividido en múltiples tendencias y corrientes. Asimismo, señaló que fue el único de dicha escuela alemana que practicó con rigor la psicoterapia, y en este aspecto la obra de Florentina Moreno revela su gran valor científico. El profesor Aranguren confesó que se sentía ajeno al psicoanálisis y que nunca se había psicoanalizado. Diferenció la práctica clínica de Freud, severa y distante con respecto al enfermo, frente a la de Fromm, más humana y comprensiva, que se aproxima a los directores espirituales eclesiásticos. Manifestó que el psicoanálisis se ha convertido en un objeto de consumo, hasta el punto que Karl Kraus dijo que el psicoanálisis es la enfermedad de la que hay que curarse. Pero esta necesidad que siente todo el mundo de tener un psicoanalista a su lado, corno un confesor, responde al hambre de comunicación de la sociedad contemporánea.A continuación, el doctor Antonio Vela subrayó la gran fe de Fromm en el hombre. También la síntesis que había intentado llevar a cabo entre las ciencias experimentales y las ciencias humanas. El hombre es un ser abierto para Fromm, que vive más allá de sus condicionamientos biológicos.
Luego, Gabriel Guijosa se refixió a la obra de Florentina Moreno, sobre la que dijo que estaba dotada de gran rigor científico y que restablecía una visión coherente de Fromm frente a otros psicoanalistas.
Asimismo, manifestó que Fromm tenía una visión más realista del lenguaje que Lacan.
El hombre hace el lenguaje y no éste a aquél. La soledad es otro de los grandes temas de Fromm, de la que surge la necesidad de unión y de amor.
Ángeles Sarachaga, en breves palabras, sostuvo la tesis de que Fromm concibe al hombre no como un ser instintivo, sino como un amasijo de pasiones ocultas. Frente a la opinión de Arangureivde que no es necesario el psicoanálisis para un hombre reflexivo, afirmó que Fromm nos había enseñado precisamente a hablar con nuestro yo secreto.
El doctor Pedro Guilló agradeció a Florentina Moreno haber escrito este libro, pero dijo que dejaba mucho por descubrir en la obra de Fromm, pues aquélla es como un iceberg.
Finalizó el acto con una tensa justificación de su obra por la doctora Florentina Moreno. Empezó por polemizar con el profesor Aranguren, negando que Fromm fuese un espíritu religioso, pues no creía en la trascendencia y sí en el hombre como sujeto trascendente. Sin embargo, reconoció que era un teísta panteísta. También negó la opinión de Aranguren de que el método psicoanalítico de Fromm semejase una dirección espiritual, pues, por el contrario, no se trata de curar al enfermo, sino de entablar un diálogo yo-tú entre el doliente y el médico. Tampoco aceptó la falta de rigor científico que Aranguren atribuyó a la ética de Fromm. No consiste ésta en una moralina, serie de consejos abstractos, ni en una prohibición violenta, sino que lo que Fromm llama ética es la expresión de las necesidades del ser humano. Por otra parte, manifestó que, frente al paro, mal endémico del sistema capitalista y de los métodos de trabajo de las empresas modernas, que tratan al hombre como una cosa, la ciencia humanista de Fromm aporta soluciones definitivas a esta crisis del mundo en que vivimos.
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