¿Existe una política exterior estadounidense?
Hubo un diálogo revelador en el Capitolio esta semana entre el secretario de Estado, Alexander Haig, y el diputado demócrata por Nueva York BenjaminRosenthal. El diputado, miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, le dijo al secretario de Estado que tenía dificultades para comprender la política exterior de Estados Unidos. Manifestó que lo mejor que se podía afirmar de la política de la Administración Reagan, que era renovadora.Esta Administración debía hablar con una sola voz para evitar contradicciones. Pero los hombres del presidente Reagan están aprendiendo que es más fácil decirlo que hacerlo. El ejemplo más reciente de un fallo para seguir la línea del partido proviene de Richard Pipes, experto del Consejo de Seguridad Nacional sobre la Unión Soviética. Dijo que la guerra era inevitable si la Unión Soviética no cambiaba de régimen, que la distensión estaba muerta y que el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Genscher, era susceptible a la presión soviética. El Departamento de Estado desaprobó esas observaciones. Anteriormente, el secretario de Defensa, Weinberger, se manifestó en favor de la bomba de neutrones, y el secretario de Marina, John Lehman, se pro nunció en contra, alegando que es taba contra las disposiciones de las SALT I y SALT II. Ambos fueron desautorizados. Luego, el subsecretario de Estado John Bushnell regañó a la Prensa por exagerar sobre la guerra en El Salvador. Haig lo desmintió y quizá Buhsnell perdió lá posibilidad de lograr una buena embajada.(...)
20 de marzo
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