Fetos humanos "criados" en una madre artificial

Un grupo de científicos e investigadores italianos ha puesto a punto un procedimiento que permite mantener la vida de fetos humanos procedentes de abortos y que incluso podría llegar a hacerles nacer pasado el tiempo normal de gestación.El doctor Pier Giorgio Data, uno de los directores del equipo investigador y director del Instituto de Fisiología Humana de la Universidad de Chieti, señala en una entrevista concedida a la revista italiana Oggi que la máquina ya ha sido experimentada sobre una cincuentena de fetos humanos de dieciocho a veinticuatro semanas con un peso de menos de setecientos gramos y procedentes de abortos terapéuticos. La «madre artificial» ha sido descrita por el profesor Data de la siguiente manera: «El feto se coloca en un recipiente lleno de gelatina, recipiente que a su vez está sumergido en otro más grande lleno de agua caliente a temperatura constante. El feto está unido mediante un cordón umbilical artificial, por el que circula la sangre, a la máquina. Esta máquina recibe la sangre "sucia" a través de un circuito conectado con un generador de oxígeno, a lo largo de su recorrido por la máquina, la sangre es enriquecida con los alimentos necesarios, y todo el sistema funciona como placenta, pulmones y riñones conjuntamente".

Según el doctor Data, de los cincuenta fetos hasta ahora utilizados, una decena llegaron a la «madre artificial» en buenas condiciones, y de ellos tres, hubieran podido nacer unos meses después, aunque, por razones técnicas, el experimento se detuvo antes.

La posibilidad de influir sobre el desarrollo del feto para acentuar determinadas características del futuro niño fue considerada por el profesor Data: «Se puede influir en la composición del alimento suministrado al feto con el fin de crear un atleta artificial o un genio cerebral. Sabemos cómo se nutren las células musculares y las del cerebro, y podemos reforzar unas u otras si lo deseamos. Pero no conviene anticipar... ».

Según el profesor Data, la mujer podría ser en el futuro sólo una productora de óvulos, ya que la inseminación y primeros días de vida del embrión ya se han conseguido fuera del útero («bebés probeta»), y ahora, con la «madre artificial», se podría prescindir del organismo femenino para el embarazo.