El embajador cubano abandonó ayer Lisboa
El embajador de Cuba en Lisboa, declarado el martes persona non grata por las autoridades portuguesas, regresó ayer a La Habana.Portugal y Cuba, que han intercambiado notas de protesta, se acusan mutuamente de querer deteriorar sus relaciones políticas y ejercer presiones sobre terceros.
El ministro cubano de Exteriores acusa a la CIA de haber utilizado los servicios del encargado de negocios portugués para sembrar la discordia entre los regímenes de Quito y La Habana. En los medios progubernamentales portugueses se relaciona el «insulto deliberado a Portugal a través de su representante» con los esfuerzos del Gobierno de Lisboa para mejorar sus relaciones con las antiguas colonias africanas de Portugal y con la anunciada visita del jefe de la diplomacia mozambiqueña, Joaquim Chissano.
El asunto sigue mereciendo amplios comentarios en la Prensa portuguesa, y pasado el primer momento, la oposición empieza a cuestionar el comportamiento del encargado de Negocios en La Habana. El partido comunista ha sido el primero en interpelar al Gobierno sobre el tema, pidiendo una investigación acerca de las «gravísimas acusaciones» formuladas contra el diplomático Francisco Mascarenhas.
La oposición basa sus preguntas sobre las afirmaciones del antiguo embajador de Portugal en Cuba y sobre las revelaciones del viceministro cubano de Exteriores, Ricardo Alarcón.
El embajador Palma Carlos, que afirma «no creer» que Mascarenhas haya cometido los actos de que fue acusado, admíte que su antipatía hacia el régimen cubano era notoria y que ha podido ser acusado -falsamente- por los asaltantes de la Embajada del Ecuador. Según Alarcón, cuando fue acusado delante del cuerpo diplomático y de la Prensa extranjera, Francisco Mascarenhas reconoció haber tenido contactos con algunos de los individuos que ocuparon la embajada.
En la nota publicada después de la expulsión de su embajador, el Gobierno de La Habana lamenta que el de Lisboa «haya escogido solidarizarse» con un funcionario de su embajada en vez de esperar las informaciones probatorias que Cuba se disponía a suministrarle.
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