Nuevos argumentos asturianos en favor de Ensidesa y en contra de Altos Hornos del Mediterráneo

La pugna abierta entre Valencia y Asturias por conseguir el tren de bandas en caliente (TBC) arroja una inclinación favorable a la candidatura asturiana de Ensidesa, según los estudios técnicos elaborados por los partidos y centrales sindicales de esta región. El presidente del Consejo Regional de Asturias, Rafael Fernández, del PSOE, ha iniciado una campaña de sensibilización de la opinión pública, incluso fuera de Asturias, en defensa de una decisión resultante de criterios exclusivamente técnicos.Por su parte, las Cámaras de Comercio de Oviedo, Gijón y Avilés, muy sensibilizadas últimamente por el futuro de Ensidesa, emitieron ayer un nuevo documento conjunto, según el cual «sería sumamente improcedente y perjudicial desatar una guerra entre regiones en reivindicación de la localización de las inversiones ( ... ); siendo indiscutible que la producción (de acero) se ha de concentrar en las instalaciones más competitivas, nuestras corporaciones entienden ajustada a la realidad la conocida opción de alta inversión en Ensidesa, que elevaría la producción de la empresa a siete millones de toneladas y que tiene que llevar aparejada la puesta en funcionamiento de un tren de bandas en caliente».

Ensidesa proporciona la cuarta parte del empleo total de la industria asturiana, además de inducir otros 15.000 puestos de trabajo. Su contribución al producto regional bruto es del orden del 12% y sus compras en Asturias superan los 25.000 millones de pesetas. Las Cámaras de Comercio apuntan como elementos desfavorables de Ensidesa la inadecuada estructura financiera, sus altos costes de personal y la obsolescencia de algunas de sus instalaciones, pero invocan el alto grado de competitividad técnica de la empresa, medido a través del margen industrial bruto (ingresos-coste de producción industrial).

En el período 1972-1978, el índice de eficacia global de Ensidesa según el margen industrial bruto fue superior al de empresas tales como Cockerill, Usinov, Sacilor, Krupp, Italsider, British Steel y V. S. Steel, y es inferior tan sólo al de Thyssen, Peine-Salzgitter y Sumitono Metals. Los elevados costes financieros son la causa principal de su pérdida de competitividad.

El documento de las Cámaras considera adecuadas las líneas fundamentales del «Plan de reestructuración de la siderurgia integral», presentado por el Gobierno, pero discrepa de ciertas propuestas relativas a la intensidad y al momento de su puesta en marcha, por entender que la fase de reindustrialización debe iniciarse a la mayor brevedad posible. «Nuestra opinión», agrega el documento, es que «se debería tratar de abreviar el período de discusiones, de forma que las nuevas instalaciones a que hubiera lugar estuviesen en construcción con anterioridad a la adhesión española a la CEE».

La comisión mixta PSOE-UGT para el desarrollo siderúrgico de Asturias ha expresado los siguientes argumentos a favor de la instalación del TBC en Ensidesa: en todo el mundo se encuentra integrado en la cabecera del proceso siderúrgico, se da la situación óptima para alcanzar los niveles de competitividad desarrollando la producción de Ensidesa hasta los siete millones de toneladas, las inversiones tendrían una máxima optimización y se situaría en condiciones óptimas para la fabricación de productos planos en la línea de las siderurgias integrales modernas que transforman en este tipo de productos el 80% de su producción. En consecuencia, la comisión PSOE-UGT recomienda la puesta en marcha del TBC en Ensidesa-Avilés y desarrollar en Altos Hornos del Mediterráneo la fabricación de productos complejos.