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Presiones norteamericanas determinaron la renuncia guatalmateca a sus pretensiones de soberanía

Las presiones ejercidas por Estados Unidos sobre el Gobierno guatemalteco del general Romeo Lucas han sido determinantes para que este país renuncie a sus pretensiones sobre Belice. Esto declaró el domingo en la capital de la colonia británica el director de la Secretaría para la Independencia, Bobbie Leslie. Según su versión, «Guatemala necesita ayuda militar de Estados Unidos para hacer frente a la actividad guerrillera, y Ronald Reagan condicionó esa asistencia al reconocimiento de nuestra independencia».Belice -22.000 kilómetros cuadrados, 150.000 habitantes- inicia el camino hacia su independencia diecisiete, años después de que la metrópoli le concediese un estatuto de autogobíerno que le ha permitido manejar todos sus asuntos, a excepción de la defensa y las relaiones exteriores.

El cambio en la actitud guatemalteca obligará incluso a modificar su cartografía, ya que en sus mapas Belice figura como territorio propio. Las reivindicaciones sobre esta colónia británica arrancan prácticamente de la independencia de Guatemala, en 1821. Apenas veintitrés años antes, los ingleses habían ocupado, esta franja del Caribe, que con anterioridad formaba parfe de la Capitanía General de Guatemala. Las difíciles comunicaciones favorecieron la creación de esta colonia, que se denominó Hon duras Británica, constituida fun damentalmente por pobladores de raza negra.

Petróleo

Las reivindicaciones guatemaltecas, plantead,3s al amparo de posiciones nacionalistas, han tenido siempre una importante componente económica. Nunca sus exigencias habían sido tan acusadas hasta que Belice se reveló como una casi segura fuente de petróleo, que en la actualidad está explorando la compañía norteamericana Shell. Aunque todavía no se han descubierto yacimientos rentables, todo hace prever que la bolsa petrolifera que, desde el sur de México se extiende hasta Guatemala tenga importantes ramificaciones en el subsuelo beliceño.

Después de haberse opuesto tozudamente a la independencia de Belice en todos los foros internacionales, con apoyos tan escasos que el pasado 11 de noviembre el representante guatemalteco se quedó sólo en las Naciones Unidas al votarse una enésima recomendación inde pendentista, el Gobierno de Romeo Lucas ha demostrado ahora que sus aspiraciones anexionistas tenían motivos más económicos que puramente nacionalistas.

A finales del pasado año admitió Guatemala por primera vez la existencia de un Belice independiente, siempre que se le concediese una franja de unos veintitrés kilómetros, lo que facilitaba el acceso al mar Caribe, condición impuesta por las transnacionales americanas que operan el petróleo de Guatemala. Finalmente ha renunciado a sus aspitaciones territoriales a cambio de importantes concesiones en materia de transporte a través de suelo beliceño, exploración petrolera y pesquera.

La independencia, de Belice, prevista en principio para la última semana de septiembre o la primera de octubre, no parece que vaya a alterar su política interna, que desde 1964, año de la autonomía, domina sin sobresaltos el Partido Unido del Pueblo, al que pertenece el primer ministro, George Price, un ex seminarista católico que abandonó el seminario de Luisiana (EE UU) a la muerte de su padre, después de desempeñar distintos oficios dentro,de la política hasta convertirse en indiscutido lider de su partido.

Constitución

La nueva Constitución del país será elaborada en las próximas semanas con la asesoría del Gobierno de Londres, adonde viajará una comisión del Gobierno beliceño. Según el procurador general, Said W. Musa, será una Constitución monárquica, con Isabel II como reina, y un Gobierno elegido cada cinco años. El sistema económico de libre mercado permitirá al Estado entrar en aquellos sectores que sean prioritarios para la nación, o que hayan sido desechados por la iniciativa privada. En definitiva, un sistema idéntico al que ya tiene.

Musa ha insistido en que no habrá cambios sustanciales. Y para que todo siga igual, las trópas británicas continuarán en Belice durante años para garantizar su soberanía frente a posibles tentaciones anexionistas de Guatemala. Varias escuadrillas de aviones Harrier, de despegue vertical, y unos 1.500 soldados de elite constituyen el grueso de esta asistencia militar.

Lo que más puede preocupar tanto a Guatemala como a Estados Unidos es el alineamiento tercermundista de Belice. George Price, que será sin duda el nuevo primer ministro de un Belice indepeúdiente, ya ha anticipado ue se integrará entre los países no alineados y que estréchará relaciones con la comunidad anglófona del Caribe, formada actualmente por ocho pequeñas repúblicas que, con la.única excepción de Jamaica, practican una política equidistante entre Estados Unidos y Cuba.

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