Un avion argentino, a punto de estrellarse contra un rascacielos neoyorquino
Un Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas estuvo a punto de estrellarse, a las diez de la noche del pasado viernes, contra la antena de televisión que se yergue encima de una de las dos torres gemelas del World Trade Center, el rascacielos más alto de Nueva York, pero la catástrofe pudo evitarse gracias a la pericia de un controlador aéreo y a la reciente instalación de un radar de alerta.
Las autoridades aeronáuticas norteamericanas han pedido a los nueve miembros de la tripulación del aparato -en el que en ese momento viajaban 49 pasajeros- que presten declaración a fin de facilitar las investigaciones y poder determinar la razón por la cual el Boeing argentino se encontraba a minuto y medio de chocar contra la antena de televisión y a una altura de quinientos metros, en vez de los mil metros reglamentarios en el tipo de aterrizaje que se disponia a hacer en el aeropuerto Kennedy.El nuevo sistema de alerta por radar que acababa de ser instalado en el aeropuerto neoyorquino permitió a uno de los controladores -que en ese momento dirigía las operaciones de ocho aviones simultáneamente- darse cuenta del inminente peligro que corría el aparato argentino. Inmediatamente ordenó al piloto que girara bruscamente a la derecha y tomara altura. «Suba, suba inmediatamente», gritó el controlador, según ha quedado grabado en la cinta de la torre de control. «Lo siento», se disculpó segundos después el piloto, explicando que había entendido mal las instrucciones iniciales. «Es que había un edificio un tanto alto delante de ustedes», señaló el controlador Walter Zimmerman.
Fue tal el susto que se llevó Zimmerman que al día siguiente se dio de baja por enfermedad, lo cual suele ser frecuente cada vez que se produce una de estas situaciones límite.
El hecho de que este sea el tercer incidente similar en el que se ve involucrado un aparato de Aerolíneas Argentinas en los últimos años ha llevado a uno de los representantes del Estado de Nueva York, el demócrata Jonathan Bingham, a pedir oficialmente a la Administración Federal de Aviación que examine urgentemente las «credenciales de los pilotos» que vuelan en esta compañía aérea.
Los dos incidentes anteriores tuvieron lugar en enero de 1977 y marzo de 1980. En el primer caso, otro Boeing 707, que acababa de despegar en medio de una fuerte tormenta de nieve, estuvo a punto de estrellarse contra las viviendas existentes al este de la pista. En el segundo caso, un avión de carga giró bruscamente a la izquierda al despegar, y estuvo a punto de chocar contra un jumbo, pues el piloto siguió por dos veces consecutivas las instrucciones de emergencia que estaban siendo dictadas a la tripulación del otro avión.
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