Detenidos el teniente coronel Tejero y los jefes y oficiales que secundaron el golpe militar
El teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero, el capitán de navío Camilo Menéndez Vives, el comandante de Estado Mayor del Ejército Ricardo Pardo Zancada y alrededor de quince oficiales y suboficiales de la Guardia Civil, cuyos nombres se desconocían al cierre de esta edición, son los militares detenidos por el mando castrense por su participación en el golpe de Estado frustrado que se llevó a cabo en la tarde del lunes en el palacio del Congreso, con el secuestro del Gobierno y la totalidad de los parlamentarios de esta Cámara. Otros oficiales, pertenecientes a la Brigada Acorazada, han sido arrestados en las últimas horas.
El teniente coronel Tejero y el capitán de navío Menéndez Vives, que se unió a los rebeldes después de que éstos entraran bajo las armas en el palacio de la carrera de San Jerónimo, se encuentran detenidos y vigilados en sus respectivas unidades, en espera de órdenes de la superioridad y de las decisiones que adopte la jurisdicción militar. Tejero, ejecutor del asalto al Congreso de los Diputados, con casi dos centenares de guardias civiles, y Menéndez Vives representan a los sectores más ultraderechistas de sus respectivos cuerpos y poseen en su haber un largo historial de incidentes y escándalos sobre hechos contra la legalidad vigente de los últimos años.El comandante Pardo Zancada pertenece, en su calidad de oficial de Estado Mayor, al servicio de información de la División Acorazada Brunete 1, con base en Madrid, del que ostenta la jefatura. Pardo, al frente de una unidad compuesta por trece vehículos de la Policía Militar (Brigada Acorazada), con una dotación cercana al centenar de hombres, se dirigió en la noche del lunes al palacio del Congreso y, tras penetrar en él con la mitad de la tropa, cuyo mando asumía, se solidarizó con la rebelión, permaneciendo en su interior hasta el desalojo voluntario de ayer.
Este comandante en realidad no ejerce el mando sobre la unidad de vehículos de la Policía Militar que el lunes se presenté, en el Congreso. Al parecer, desde el acuartelamiento de esta unidad ordenó la puesta en marcha del convoy, cuyo mando en realidad ostenta el capitán Alvarez Arenas, que fue avisado a su domicilio a las seis de la tarde para que se incorporara a su destino. Pardo Zancada, de 46 años, está casado y es padre de nueve hijos.
Paralelamente a estas detenciones, el mando de la Guardia Civil recluyó ayer en sus dependencias a la totalidad de los oficiales y suboficiales de la Guardia Civil que secundaron las órdenes de Tejero. Entre éstos se encuentran dos capitanes, uno de ellos perteneciente al Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Madrid, y otro, al Colegio de Guardias Jóvenes.
Las autoridades militares, por su parte, ordenaron la reclusión en instalaciones castrenses de la totalidad de los guardias civiles que participaron en la operación de Tejero y de los policías militares que recibieron órdenes de Pardo. Los primeros se encontraban ayer en las dependencias del Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada, de Valdemoro, donde tienen todo tipo de movilidad.
Un familiar de uno de estos guardias civiles manifestó a EL PAIS, después de la visita que realizó a las dependencias de Valdemoro, que «muchos de los participantes en el golpe de Estado frustrado desconocían la misión que se les iba a encomendar». Refiriéndose al familiar que visitó, dijo: «Muchos de estos guardias civiles habían terminado sus servicios a las dos de la tarde, cuando les comunicaron que no se debían marchar, porque tenían que pasar una revisión de armas a las cuatro de la tarde. Luego les dijeron que tenían que realizar un servicio especial, les leyeron las normas militares y los subieron a los autocares».
Según el testimonio recogido por esta persona de su familiar, hubo guardias civiles que, ya en el Congreso, intentaron escapar e incluso en alguna ocasión reducir a Tejero y a los otros oficiales. Concretamente, parece que un suboficial y dos guardias civiles pudieron escapar de lo que algunos de éstos consideraron una encerrona. Asimismo reconoció que había otros miembros de la Benemérita que conocían la operación de Tejero y que estaban dispuestos a secundarle hasta el último momento.
Precisamente la mayoría de los guardias civiles que participaron en el golpe de Estado frustrado pertenecían a la sección de Tráfico, hecho éste que originó que ayer no se realizara el servicio de carreteras con normalidad. Fuentes próximas a esta sección indicaron anoche a este periódico que muchos agentes fueron engañados u obligados a formar parte de la expedición golpista.
Por lo que respecta a la unidad de la Policía Militar, todos sus integrantes (su capitán está arrestado) se encuentran. en instalaciones militares de la zona de Campamento, en Madrid, en situación de retención preventiva hasta que la autoridad judicial militar esclarezca los hechos. El capitán Alvarez Arenas es sobrino del ex ministro del Ejército y ex director de la Escuela Superior del Ejército, Félix Alvarez Arenas Pacheco.
Otro de los hechos que llamó la atención en la tarde del lunes fue la presencia de un contingente militar en las instalaciones de Radiotelevisión Española en Prado del Rey y la ocupación temporal de la dirección de este organismo por un oficial del Ejército, al parecer el capitán Merlo Aparicio, del regimiento de transmisiones de El Pardo.
La ocupación de RTVE
Aunque fuentes oficiales del Ministerio de Defensa indicaron a este periódico que la presencia militar en Prado del Rey formaba parte de la serie de acciones directas de la denominada operación Diana, puesta en marcha con motivo del secuestro del Gobierno y el Congreso de los Diputados, expertos castrenses precisaron que no concebían que fuera esta unidad la encargada de «dar protección» a Radiotelevisión Española cuando a escasa distancia de estas instalaciones se encuentra el regimiento de la Red de Transmisiones y Efectos Especiales de Ingenieros, que, en su opinión, sería el encargado al respecto. Sin embargo, las fuentes anteriormente citadas precisaron que el contingente que llegó a Televisión Española pertenece a la unidad de transmisiones de El Pardo, dependiente de la División Acorazada Brunete 1, unidad que está más capacitada para llevar a cabo este tipo de misiones de vigilancia.
La operación Diana está destinada a afrontar situaciones de emergencia nacional, e incluye las medidas que deben adoptar todos los capitanes generales, los jefes de las Guarniciones y determinados regimientos y unidades especiales. Una de estas unidades, perteneciente a la División Acorazada Brunete, tendría como misión la protección de RTV E. La alarma en estas instalaciones trascendió cuando se comprobó la presencia de dos carros de combate y seis jeeps del Ejército en los alrededores de Prado del Rey.
En medios militares se especulaba ayer sobre el intento golpista de muy diversas maneras. Por una parte, en algunos sectores se venía a asegurar que detrás de la operación de Tejero había altos cargos militares, y por otra, siempre en el terreno de la hipótesis, que en alguna que otra sección se presentía la posibilidad de que algo pudiera ocurrir el lunes por la tarde. En este sentido se citaba como ejemplo el caso de un oficial que no le dejaban abandonar a primera hora de la tarde la Brigada 11 de la Acorazada, hecho este que se relaciona con la noticia llegada anoche de que tres oficiales de la Brigada Acorazada habían sido arrestados en relación con el golpe.
En los acuartelamientos y dependencias militares fueron intensos todos los comentarios surgidos en torno a la acción de los golpistas capitaneados por Tejero. Los sectores más reaccionarios discutían, a veces a gritos, que en España deberían existir muchos jefes y oficiales como el citado teniente coronel de la Guardia Civil, mientras en otros, sobre todo en la escala de capitanes y comandantes, se valoraba el discurso del Rey y se comentaba con indignación lo ocurrido en el Congreso. Precisamente a primera hora de la tarde, tras conocerse las imágenes de televisión sobre el asalto a la Cámara, numerosos militares de todo tipo de graduación comenzaron a enviar telegramas de adhesión y solidaridad con el teniente general Gutiérrez Mellado, brutalmente zarandeado por el coronel Tejero a su llegada al hemiciclo.
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