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Entrevista:

Antonio Tovar: "No podemos dormirnos a la sombra de Cervantes sin investigar en nuestro idioma"

El académico español ha obtenido el Premio Goethe por sus trabajos en ligüística comparada

«Los españoles no podemos dormirnos a la sombra de los escritos de Cervantes y dejar la investigación de nuestro idioma, pensando que ya se encuentra todo en el autor de El Quijote. Necesitamos una mayor dedicación y rigor en la investigación de nuestra lengua porque, de lo contrario, llegan otros y lo hacen, y, con mucha frecuencia, lo hacen mal. Esta investigación es, desde todo punto de vista, necesaria en estos momentos en Latinoamérica, donde existen infinidad de lenguas indígenas, según el filólogo y académico español Antonio Tovar, que acaba de obtener el Premio Internacional Goethe por sus trabajos filológicos y lingüísticos.

Antonio Tovar es el segundo español que ha sido distinguido con este premio otorgado por la fundación alemana FVS, en reconocimiento de una importante labor de investigación en diversos campos internacionales de la producción intelectual. En 1967 obtuvo el mismo premio, que se concede cada dos años, Salvador de Madariaga. Los profesores Martín Buber y Eduard Spranger, el poeta T. S. Eliot, el filósofo Gabriel Narcel, el arquitecto Walter Gropius, el teólogo Paul Tillich, el ex presidente de la República Federal de Alemania Theodor Heuss y el músico Benjamin Britten son algunas de las personalidades que han obtenido también este premio desde que lo creara, en 1950, el industrial de Hamburgo Alfred Toepfer. Esta misma fundación concede el Premio Montaigne, que han recibido los españoles Salvador Espriu y Pedro Laín Entralgo.El premio le ha sido concedido, según ha hecho público la propia fundación patrocinadora, por las aportaciones de Antonio Tovar al acercamiento entre los pueblos, especialmente por haber hecho llegar a un buen número de estudiantes el conocimiento de la cultura de Grecia clásica y por sus investigaciones y enseñanzas en lingüística histórica y comparada, fundamentalmente en vascuence, lenguas célticas, latinoamericanas y, por supuesto, latín y griego.

De todas estas lenguas, las que más interesan a Antonio Tovar en estos momentos son las lenguas originales latinoamericanas. «Las lenguas latinoamericanas tienen todavía un interés actual en cuanto mueven la conciencia de las nacionalidades y plantean problemas incluso políticos». A pesar de que lleva dedicándose a la investigación de las lenguas latinoamericanas más de veinte años, Antonio Tovar reconoce que en este tema se siente un poco fracasado, «porque no he conseguido mover el interés en España para que alguien se dedique a lo mismo ».

Según Antonio Tovar, es necesario recoger la tradición original de los primeros españoles, que eran fundamentalmente misioneros, que comenzaron a estudiar los idiomas nativos con que se encontraban en América y los traducían a gramáticas y diccionarios. Estos misioneros, en contra de otros movimientos que arrasaron todas las lenguas que encontraban a su paso, los misioneros españoles estudiaron y descubrieron centenares de lenguas. Parte de estos idiomas todavía subsisten. «Es una pena que los españoles no contribuyamos ahora al estudio de estas lenguas ».

La vertiente lingüística estudiada por Antonio Tovar ha sido preferentemente la de la filología clásica (latín y griego). Y en relación con esta constante ha sido un hombre de amplia formación alemana. «Tanto en el campo de la filología clásica como de la lingüística en general, los alemanes han sido los maestros del mundo durante algo más de un siglo, por lo menos hasta la primera guerra mundial. En mi época, la mayor formación provenía del francés y del alemán. A partir de 1933, la lingüística se desplazó hacia las zonas de habla inglesa, fundamentalmente porque la ciencia del lenguaje se hizo más descriptiva».

Ahora, Antonio Tovar trabaja en el campo de la tipología lingüística, «es decir, en el estudio de los rasgos que nos permiten descubrir las lenguas emparentadas». Entre sus más de trescientos libros y artículos científicos publicados, Antonio Tovar ha dedicado algunos de ellos al estudio del vascuence. «No quiero repetir lo que tantas veces he dicho de la lengua vasca. Sólo quiero poner de nuevo en claro que hay que comprender la crispación y agitación de una lengua que se siente amenazada, lo mismo que las de Bretaña y Gales. Las lenguas pequeñas, aisladas, demasiado diferentes, comportan normalmente situaciones difíciles que hacen que en determinadas ocasiones se manifiesten con agresividad».

Sobre los problemas lingüísticos que se van a derivar de la adopción de una televisión vasca que se está preparando en la actualidad, Antonio Tovar dice que serán graves. «Si ni siquiera en la televisión en español tenemos el idioma regularizado, como por ejemplo lo tienen en Inglaterra o en Alemania, ¿cómo vamos a conseguir que esto suceda en un idioma minoritario y con menos defensas?». De cualquier manera, para Antonio Tovar «la solución de los problemas del eusquera pasa necesariamente por la adopción abierta del bilingüismo tolerante en uno y otro sentido, sin imposición de ninguna de las dos lenguas, tanto en el terreno administrativo cómo en el económico y social o el puramente cultural ».

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