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CINE

Las manifestaciones "paralelas" y lo más interesante en el Festival de Berlín

La provinciana, del suizo Claude Goretta (de quien en España hemos visto La invitación), fue aplaudida con entusiasmo por el conservador público nocturno del Festival del Berlín, que se sentía ya favorable a la película antes de que ésta comenzara a proyectarse, como se deducía fácilmente de sus aplausos en los títulos de crédito. Al final de la proyección aumentaron esos aplausos, a pesar de que La provinciana es una antigua y moralista película que trata de mezclar el problema de la emigración y la falta de empleos. con la situación de la mujer en una sociedad supuestamente machista.

El supuesto en este caso se da en los adjetivos con que Goretta define al hombre, siempre pendiente de acostarse con la provinciana, de prostituirla, de abandonarla, mientras que los dos hombres buenos. que la pobre tonta encuentra en su periplo parisiense son víctimas, uno, de las decisiones de la multinacional donde trabaja, que lo envía a Japón, y el otro se tira por una ventana la misma noche en que conoce a la triste provinciana. Con tal perspectiva, la infeliz decide volver a su pueblo natal, donde fue despedida por sus amigos, maravillosos todos, aunque fueran hombres. Tan maravillosos como capaces de improvisar un coro a cuatro voces para cantar una letra especial a la emigrante.Película melodramática, abarrotada de trucos, fáciles, manipuladora, que ignora los auténticos extremos de la emigración para edulcorarlos en una narración que convenza sólo al bienpensante público burgués. La protagonista, Nathalie Baye, es, sin embargo, candidata al premio de interpretación femenina, si es que la película no ha conseguido convencer también al jurado.

Otro filme presentado a concurso ha decepcionado a quienes creían que después del éxito de la cinematografía búlgara en el último Festival de Nueva Delhi otro título de la misma nacionalidad podría ser también interesante. Nada, sin embargo, más lejos de la realidad. El camión, de Christo Christov, es una nueva versión de El salario del miedo, donde en lugar de nitroglicerina se conduce un ataúd que, para entendernos, representa nada menos que el duro trabajo de un obrero en la sociedad comunista. Símbolos y confusión en una película fundamentalmente aburrida: los cuatro ocupantes del camión son narrados en monótonos planos contraplanos, sin que las salidas al exterior (especie de documental sobre algunos aspectos de la actual sociedad búlgara) tengan fuerza ni convicción suficientes.

De momento, el interés del Festival sigue residiendo en las manifestaciones «paralelas», con un ciclo de cine portugués, una breve antología de cine homosexual, otra de cine feminista y títulos de todo tipo y condición. En esas muestras, el Festival había previsto la participación de la película salvadoreña Revolución o muerte, de la que Gabriel García Márquez se ocupaba hace poco en uno de sus textos. Sin embargo, una vez vista la película, el director del Festival ha desautorizado su exhibición, con lo que existe un malestar entre los representantes de la película y una generalizada expectación por la misma. Se confía en que, al menos en sesiones particulares, Revolución o muerte sea mostrada a la Prensa de todo el mundo; como contrapunto, la dirección del Festival no oculta su desaprobación ante esa posibilidad, como tampoco niega su malestar ante las proyecciones «privadas» de algunas películas alemanas que se negaron a participar oficialmente en el certamen.

Para explicar parte de las razones que han llevado a esto aparecía ayer en los periódicos berlineses una promoción de la película de Fassbinder Lile Marleen (estrenada ya comercialmente), donde se hacía un reto descarado a la opinión de los críticos, que, al parecer, no la han recibido con el entusiasmo que sus autores querían. Hubiera sido peor, al parecer, si la película se hubiese estrenado en este Festival. De cualquier manera, las razones del relativo boicoteo son, al parecer, más complejas, ya que no se orientan sólo a la habitual reacción de los críticos locales respecto al cine alemán, sino a la organización del Festival.

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