La historia de una crisis
La empresa de construcción Raymundo Vázquez fue creada en 1940 y posiblemente sea la más importante del sector en Pontevedra, con una plantilla superior a los trescientos trabajadores. La práctica totalidad de su volumen de negocios lo ha constituido tradicionalmente la contratación de obras públicas.Si bien hasta mediados de los años setenta, y a pesar de las dificultades en el pago por parte de la Administración de este tipo de contratas (los índices de revisión de precios salen con considerables retrasos), sus actividades fueron rentables, a partir de 1976 se producen una serie de pérdidas que la dirección de la empresa basa fundamentalmente en un descenso alarmante de contratación y en unas fuertes inversiones de capital fijo en renovación tecnológica.
En abril de 1980 se produce, según fuentes de la sociedad, una «falsa información de una entidad financiera a la Central de Riesgos del Banco de España, declarando en suspensión de pagos a la empresa Ray mundo Vázquez». Aunque ese mismo mes, a través de un escrito dirigido al director gerente de la empresa, el Banco de España anuncia que el error ha sido subsanado, la primera noticia ya había sido comunicada a la banca nacional, lo que, a juicio de la empresa, provocó que las instituciones financieras cancelaran radicalmente las líneas de negociación y de flexibilidad crediticia que hasta entonces venía utilizando la sociedad.
Interviene la Junta de Galicia
La precipitada información de la entidad financiera y sus consecuencias sobre la banca hacen que el difícil equilibrio de la empresa se rompa y se produzcan dificultades de tesorería, que afectan incluso a los salarios.
En junio de 1980, empresa y trabajadores se reúnen con el presidente de la Junta de Galicia y el subdirector de la Consellería de Trabajo para exponer la situación de la compañía. En aquella reunión se decide el inicio de un estudio de la empresa. El estudio se concretó posteriormente en la elaboración de un plan como documento base para el relanzamiento de la sociedad y la suspensión temporal de actividades hasta el mes de octubre, fecha que se consideraba límite para la concesión del crédito. El plan de viabilidad de Raymundo Vázquez fue presentado a la Junta de Galicia el 5 de agosto de 1980, y veinte días después el subdirector de la Consellería de Trabajo comunicó a las partes que el plan había sido aprobado.
El plan de viabilidad presentado a la Junta de Galicia recogía, entre otras cosas, la ejecución de un volumen de obra de 560 millones de pesetas y un préstamo a largo plazo, con un interés máximo del 10%, de 185 millones de pesetas. A ello había que añadir el que durante los seis primeros meses del relanzamiento de la empresa el nivel de empleo no debía sobrepasar el 65 % de la plantilla total.
El plan fue remitido además al Ministerio de Economía, Ministerio de Hacienda, Ministerio de Sanidad y Seguridad Social y Banco de Crédito a la Construcción.
El crédito de 185 millones de pesetas se gestionaría como crédito excepcional y por la vía del artículo 37 de la ley de Crédito Oficial de junio de 1971.
Sin embargo, el 12 de noviembre, el Banco de Crédito Industrial (BCI) comunica a la dirección de Raymundo Vázquez que esta entidad no puede atender la solicitud porque el BCI «solamente puede financiar el sector industrial, no estando autorizado para financiar la construcción». Posteriormente, ya en el mes de diciembre, ante la insistencia de la empresa, el director general del BCI, en carta dirigida a Raymundo Vázquez Lera, director gerente de la compañía, le indica que «el único préstamo posible para su empresa, dentro del marco de crédito oficial, es el establecido en el artículo 37 de la ley de 19 de junio de 1971» y que «estos préstamos son concedidos por el Gobierno por importantes motivos de orden económico y social y escapan, por tanto, de la competencia de este banco, el cual se limita a ser mero ejecutor de los acuerdos tomados por el Gobierno ».
Todos prometieron
Desde Sancho Rof, ministro de Obras Públicas, a Adolfo Suárez, entonces presidente del Gobierno, que veraneó en una finca propiedad de Raymundo Vázquez, todos prometieron ayudas que jamás llegaron. Desde el mes de diciembre, y a la vista de la falta de resultados, los trabajadores comienzan acciones de presión para conseguir una salida a la situación. Acompañados por los concejales de los grupos políticos de izquierda, se encierran en el Ayuntamiento de Pontevedra, para sensibilizar a la opinión pública sobre el tema de Raymundo Vázquez.
Un mes antes lo habían hecho en la catedral de Santiago, de donde fueron expulsados por la policía, lo que motivó un telegrama de protesta al Papa por lo que calificaban de «antievangélica actitud del arzobispo de Santiago, al pedir por escrito a la fuerza pública que nos desalojara».
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