Suspendidas las negociaciones entre el Gobierno polaco y Solidaridad Campesina

Las negociaciones entre el Gobierno polaco y Solidaridad Campesina en Rzeszow fueron suspendidas ayer. La delegación gubernamental regresó a Varsovia y los agricultores amenazan con ir a la huelga. Mientras tanto, la dirección del sindicato independiente y la jerarquía católica de Polonia tratan de aliviar la tensión social en el país.La ruptura de estas negociaciones se produce en vísperas de la reunión del pleno del Comité Central del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP), comunista, que se celebra mañana, y de la decisión -el martes- del Tribunal Supremo sobre la legalización de Solidaridad Campesina.

Los dirigentes sindicales tratan de evitar que la situación social se degrade aún más. Intentan, especialmente Lech Walesa, aplazar; es decir, anular la huelga general anunciada para el lunes en la región de Jelenia Gora, en la frontera con Checoslovaquia, y que puede afectar a 450 empresas.

Estos dirigentes quieren evitar que la situación se envenene aun más en el momento en que el pleno del Comité Central del POUP debe definir la línea para continuar, dentro de la calma, la «renovación socialista» del país.

En esta tarea están secundados por la Iglesia católica, abiertamente comprometida en la lucha en un sentido moderador. El cardenal primado, Stefan Wyszynsk, recibió el viernes en audiencia a Walesa. El comunicado difundido ayer no deja lugar a duda alguna sobre el papel moderador que está desempeñando la Iglesia. El primado recomendó a Solidaridad que «apagase los focos de tensión lo más rápidamente posible».

Wyszynski recibió también una delegación de los sindicatos independientes de agricultores y, aunque apoyó su movimiento, les pidió «moderación».