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Detenidas tres personas por contrabando de obras de Dalí

Intentaban pasar a España más de mil grabados valorados en 25 millones de pesetas

Tres personas fueron detenidas por la Guardia Civil el pasado día 22 por el presunto intento de introducción ilegal en España de 1.085 grabados de Salvador Dalí, valorados en el atestado policial en unos veinticinco millones de pesetas. Por lo menos uno o dos de los detenidos son amigos o colaboradores en negocios de Enrique Sabater, quien desde el pasado día 20 prácticamente no actúa ya como secretario de Dalí.

El propio Sabater anunció públicamente, al día siguiente de las mencionadas detenciones, que presentará su dimisión como secretario de Dalí. Paralelamente, Dalí tomó la decisión de cambiar de sociedad de protección de sus derechos artísticos, lo cual puede afectar al amplio entramado mercantil que existía en torno a su persona.Fuentes policiales informaron a este diario que el pasado día 22 fuerzas de la Guardia Civil encargadas del control de la frontera franco-española detuvieron en las proximidades de La Junquera a tres personas. Se trataba, siempre según las fuentes, de Eduardo Fornés Gili, de nacionalidad española; Klaus Cotta, de nacionalidad egipcia, pero con domicilio en Calonge (Costa Brava), y Carlos Yáñez Compte, de nacionalidad española.

Según el atestado policial, elevado al Tribunal Provincial de Contrabando de Gerona, competente en el caso, las obras halladas fueron valoradas en veinticinco millones de pesetas. Este precio es sólo indicativo. Fuentes artísticas precisaron que los grabados intervenidos son exactamente 1.085.

Las fuentes manifestaron que una de las personas detenidas llevaba también dos libros artísticos de notable tamaño, propiedad de Enrique Sabater, así como tres botellas de vino o licor también propiedad de Sabater. Tanto los libros como las botellas han sido devueltos a Sabater por la autoridad competente, que no dio importancia alguna a estos objetos. Ello simplemente acredita la relación personal entre alguno de los detenidos, en especial Eduardo Fornés, y Sabater.

Eduardo Fornés es el responsable o titular de la Editorial Mediterráneo, de Barcelona, muy poco conocida, sita en la calle de Pelayo. Hasta el pasado mes de agosto ocupaba un alto cargo en la Editorial Labor. Fue uno de los principales responsables de la edición del libro de lujo y de tiraje limitado Obres de museu, ilustrado por Salvador Dalí, y en base a textos, en gran parte ya publicados, de Josep Pla. Fornés es amigo y colaborador de Enrique Sabater. Puestos ayer tarde en contacto telefónico con Eduardo Fornés en su domicilio de Barcelona, éste, al ser preguntado sobre los hechos reseñados, manifestó únicamente: «Todo está arreglado. Todo está arreglado. No puedo decir más». Acto seguido colgó el teléfono sin ni siquiera despedirse.

Venta de cuadros

Klaus Cotta, de nacionalidad egipcia y de madre suiza, es conocido como presunto financiero radicado en la Confederación Helvética y en la Costa Brava. Al parecer aportó capital a la edición del libro Obres de museu. Fue presentado a Sabater por Eduardo Fornés. Fuentes artísticas indican que compró por 450.000 dólares cuatro cuadros de Salvador Dalí que habían estado depositados hasta el pasado verano en la sucursal en La Bisbal de Banca Catalana. Estos cuadros estarían ahora depositados en la caja fuerte del Banco Atlántico en Barcelona.La trayectoria de estos cuadros es de un notable interés. Mostraría que los esposos Dalí poseen poca obra del pintor de Port-Lligat, y que, contrariamente a lo que anunciaron algunos medios, estarían vendiéndola y no donándola a su teatro-museo de Figueras. Estos cuadros fueron ofrecidos hace ya meses al doctor Puget, médico parisiense amigo de Dalí, así como a otras personas de lugares muy diversos. Durante meses se temió la posibilidad de que estos cuadros fuesen al extranjero. Pero para ello hubiese sido necesario un permiso de la Junta de Calificación de Obras de Arte del Ministerio de Cultura; de otro modo hubiesen podido producirse situaciones ilegales. La concesión de un permiso de exportación de los cuatro cuadros indicados es muy remota, dada la escasa existencia de obras de Dalí en España y la innegable calidad de las mismas.

Los cuatro cuadros pertenecen a la época surrealista y su continuidad en España aparece como altamente aconsejable. Lo que faltaría precisar públicamente es el grado de materialización de la venta de los cuadros a Klaus Cotta, ya que al parecer fue efectuada a través de un complejo contrato redactado, según fuentes artísticas, en París.

Respecto a Carlos Yáñez, las fuentes consultadas no pudieron dar ninguna precisión, por lo cual todos los indicios apuntan a que su presencia en los hechos podría ser meramente circunstancial y sin responsabilidad alguna. No obstante, su nombre aparecía en el atestado. Según fuentes solventes, los grabados se encontraban en el interior del coche de Eduardo Fornés, con quien iría Carlos Yáñez, quien podría ser un empleado de una agencia de aduanas que podría haber realizado alguna gestión, pero ser ajeno al tema en sí. Estas dos personas fueron detenidas sobre las diez de la mañana en La Junquera y a las once de la noche fueron puestos en libertad. Cotta fue detenido horas después de los dos primeros, cuando pasaba la frontera con otro coche y debido a la presunta existencia en su vehículo de unos documentos presuntamente relacionados con los grabados.

Cambio de sociedad protectora

En otro orden de cosas con relación a la existencia de obra falsa de Dalí, así como a la abundancia de obras múltiples de muy poco valor artístico (grabados, figuritas, joyas y objetos muy diversos), se ha producido un cambio que puede tener una amplia repercusión. Resulta que Jean Claude Verité, Robert Descharnes y Reynolds Morse -amigos de Dalí, muy críticos respecto a Enrique Sabater- consiguieron que el pintor cambiara de sociedad protectora de sus derechos de autor. En efecto, con relación a la creación artística existe un tipo de sociedades que vigilan que los tirajes limitados realmente lo sean, que las obras existentes en el mercado sean auténticas y que los derechos de reproducción sean realmente respetados.Durante los años que Dalí ha estado situado en el centro de un complejo mundo comercial cuya principal figura fue Sabater, estaba defendido -con una eficacia al parecer superable- por la sociedad francesa Association pour la Diffusion des Arts Grafiques et Plastiques (ADAGP). A partir de ahora, los derechos artísticos de Salvador Dalí, a nivel mundial, serán defendidos por la Société de la Propieté Artistique et des Dessíne et Modeles (SPADEM). Esta sociedad es de origen francés y de gran prestigio internacional. Está representada en 42 países y desde hace treinta años defiende los derechos artísticos de Pablo Picasso. Desde ahora resultará, por tanto, ser la encargada de la defensa de los derechos artísticos de los dos pintores españoles más famosos de este siglo.

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