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Entrevista:

"Este Gobierno no se comporta como debería comportarse para sacarnos de la crisis"

Pregunta. La postura que mantiene la patronal de cara a la negociación con UGT para revisar en su aspecto salarial el acuerdo-marco ha sido calificada por este sindicato como de extremadamente dura. ¿En qué medida influye Fomento el Trabajo Nacional, como patronal de Cataluña, en esta posición e dureza?Respuesta. Fomento, como integrante de CEOE, asume todos sus planteamientos, que en buena medida contribuye a mantener, como el resto de las organizaciones que integran la Confederación.

Nuestra postura responde a la grave situación económica por la que atraviesa Cataluña. Desde que el pasado año se firmara el acuerdo-marco, con una determinada banda salarial, hasta el momento actual, en este país han pasado muchas cosas y, concretamente, en el aspecto económico estamos al borde del colapso. Los continuos cierres, suspensiones de pagos y expedientes de regulación de empleo y jornada son la demostración palpable de a qué punto de depauperación económica estamos llegando.

P. Alguien podría decir, y de hecho los sindicatos así lo aseguran, que estas lamentaciones son habituales cuando se trata de negociar salarios. ¿Hasta qué punto es cierta la imagen de plañideras que tienen las empresas españolas?

R. Efectivamente, no todas las empresas se encuentran en la misma situación y puede haber algún empresario que trate de justificar a la crisis una mala gestión empresarial. De hecho, los bancos, que son empresas, y los banqueros empresarios reconocen públicamente sus beneficios. Pero nosotros, en Cataluña, no nos inventamos nada cuando aseguramos que hay sectores, como el textil y la línea blanca de electrodomésticos, e incluso la construcción, que han llegado a una situación insostenible.

En estos casos, los sindicatos deben ser conscientes de que no se pueden desorbitar las posibilidades de cara a la revisión del acuerdo-marco. La empresa que acceda subir sus salarios por encima de las posibilidades está condenada al cierre y el consiguiente paro de sus trabajadores.

Pero respecto a la crisis, tampoco nos podemos engañar. Hay que reconocer que mientras, por ejemplo, en Granollers, desde el pasado mes de octubre, han desaparecido setenta empresas, en Gerona, durante el pasado año, se crearon trescientas nuevas empresas.

En efecto, hay espíritu de lucha y eso se traduce en la proliferación que registra Cataluña de trabajo negro u oculto y de economías paralelas. Y esto es así porque la gente no se resigna a pasar hambre y lucha prescindiendo de la normativa fiscal y de las estructuras oficiales del Estado y por su cuenta montan el tallercito o prestan determinados servicios que les permiten ir tirando.

Y, por otra parte, tengo que señalar que en Cataluña, durante el pasado año, hemos dado colocación a 225.000 personas. Pero a la hora de hablar de salarios, debemos dejar bien claro lo que se trata de defender: o el puesto de trabajo o el poder adquisitivo de los trabajadores; luchar contra la inflación o dejarnos arrastrar por ella.

P. Lo que parece claro es que hay una fuerte retracción de las inversiones. Los empresarios alegan que el dinero está caro y los banqueros ,aseguran que los beneficios no son tantos. ¿Qué justifica la falta de inversiones?

R. Efectivamente, el coste del dinero está en unos limites no soportables para las empresas. Si se lograra despertar el interés inversor, es decir, si hubiese un cambio en la política fiscal que responde a una reforma aplicada en un momento absolutamente inadecuado y con una visión absolutamente inoportuna que ha logrado castigar el ahorro y la inversión; si se lo grase tener el valor de reformar la reforma para premiar el ahorro y gravar el consumo, la gente invertiría en busca de rentabilidad. La gente necesita ver que lo que hoy crea lo va a poder transmitir a los suyos, que no se va a quedar con ello el Estado.

P. Su planteamiento justifica, desde su óptica, la falta de inversiones; pero ¿cuál sería el medio de devolver la confianza al inversor?

R. En primer lugar, un Gobierno que no es capaz de controlar el gasto público no puede pedir contención salarial. Es necesario, pues, un Gobierno que gb bierne y que gobierne con autoridad. Nuestro primer cometido, como patronal, es presionar a nuestro pirincipal interlocutor, que es el Poder, con mayúscula.

Los políticos tienen un mandato del pueblo y tienen que saber interpretar el interés de ese pueblo. Hoy, en este país, hay una absoluta disociación entre la España real y la España oficial.

P. Parece, pues, que el actual Gobierno no responde a las exigencias que plantea.

R. Desde luego, este Gobierno no se comporta como nosotros creemos que debería comportarse un Gobierno empeñado en sacar al país de la crisis por la que atraviesa. Sin embargo, en el último mes parece que se ha vuelto más receptivo a nuestros planteamientes. Pero resulta muy lamentable que, por ejemplo, para que adoptara la decisión política de suprimirla publicación de la lista de contribuyentes a Hacienda haya habido que esperar a que secuestraran al señor Súñer.

P. Sin embargo, su juicio sobre el Gobierno, y en general sobre los políticos, puede resultar chocante para quienes sustentan la idea de que los empresarios, como representación del poder fáctico que constituye el dinero, intervienen de alguna manera en la designación del Gobierno.

R. Esta correlación entre dinero y políticos puede ser válida en otros países. Yo no entiendo de poIítica y no podría dar más detalles. En este país, los empresarios somos, sin más, ciudadanos, si se quiere de primera, pero ciudadanos a los que representa, como a cualquier otro, el Gobierno salido de las urnas.

O, dicho de otra manera las patronales no son partidos políticos.

R. Esta afirmación, para el caso de Fomento, que ha aparecido públicamente comprometida en su abierto apoyo a la candidatura de Convergencia i Unió en las elecciones al Parlamento catalán, parece difícil de sostener.

R. Toda la campaña de Fomento en las elecciones al Parlamento catalán, primera vez que una patronal europea interviene en unas elecciones políticas a banderas desplegadas y a la luz del día, fue en defensa de un tipo de sociedad. Nunca, en absoluto, se puede decir ni demostrar que Fomento ha apoyado a un determinado partido político.

Fomento empezó la campaña diciendo: «Nosotros lo que no podemos admitir es un cambio de sociedad como buscan y defienden los partidos que sustentan teorías marxistas».

Creemos que la libertad la hemos defendido siempre los empresarios y en la historia de Cataluña el sentido más libre lo han tenido los empresarios. Esta sociedad en la que nos hemos podido desarrollar y Cataluña se ha hecho rica, fuerte y más libre, y nos hemos proyectado a todo el mundo, es un sistema probado. Los comunistas y los socialistas, que han gobernado en Cataluña, no pueden decir lo mismo.

Si después nuestra campaña contra el abstencionismo la ha sabido a provechar algún partido más que otro, eso no nos compete analizarlo a nosotros. Pero ni una manifestación nuestra puede demostrar una preferencia por ningún partido.

P. Permítame que insista, pero no creo que exista ninguna sospecha acerca del interés en cambiar el modelo de sociedad por parte de los centristas catalanes y, sin embargo, Fomento no les prestó la misma atención que al partido de Pujol.

R. Exactamente la misma. Insisto en que no hubo ninguna inclinación concreta. Y, curiosamente, entre los dos partidos que supieron capitalizar mejor la campaña de Fomento figura como más beneficiado Esquerra Republicana. Y otra curiosidad: en estos momentos la Generalidad y Convergencia están a tiros con Fomento.

P. ¿Y qué habría ocurrido si, pese a la campaña de Fomento, hubieran ganado los marxistas?

R. No tenemos ninguna duda al respecto, ni nos asusta demasiado. Cuando era más joven, un día mi mujer me dijo: «Mira, Alfredo, si algún día me engañas y me entero, no creas que me voy a divorciar, no; me voy a quedar en casa y tú verás lo que va a ser». Si ganan los marxistas, el empresario no abandonará. Nosotros nos quedaremos aquí. Creo que esta es una decisión muy seria. El empresario catalán no piensa cargar con la máquina o su negocio y marcharse a otro lado.

P. Y en cuanto al grado de desarrollo autonómico que está consiguiendo para Cataluña, ¿qué opina Fomento?

R. Nosotros coincidimos absolutamente con Cambó cuando decía que no podía concebir una Cataluña rica en una España pobre. Nos opondremos a todo lo que represente levantar barreras diferenciales económicas con España. Nuestro mercado fundamental son las otras regiones españolas.

Esta postura justifica nuestra oposición al intento de la Generalidad de crear un marco de relaciones laborales específico para Cataluña. No podemos ir a unos acuerdos que tengan unos costes superiores a los que tiene el resto de España. Y en cuanto a lo que se está haciendo en la práctica en el terreno de la autonomía catalana, nos preocupan enormemente las tensiones surgidas por el tema de las cajas de ahorro, así como el crecimiento de la burocracia, que nos puede hacer pasar del centralismo de Madrid al centralismo de Barcelona.

P. Aunque ya ha dejado bien clara su intención de no aparecer como político, el cambio de orientación que ha registrado el PSUC, hacia una radicalización respecto al PCE, ¿qué opinión le merece a Fomento?

R. Sobre este tema no tengo mucho que decir, ya que creo que el proceso abierto en el partido de los comunistas catalanes está actualmente en ebullición y necesita sedimentar para saber a qué atenernos. Lo que sí puedo asegurar, por su relación con Comisiones Obreras, es que creo que, en este momento, la central shidical que tienda a la radicalización hará un gran perjuicio al país. También podría ocurrir que se clarificaran las relaciones entre el partido y el sindicato y cada formación se ajustara más a su respectiva actuación en el campo político y sindical.

P. Por último, ¿qué posibilidades ve Fomento de establecer un pacto entre empresarios, trabajadores y Gobierno para luchar contra el paro?

R. Nosotros hemos defendido radicalmente la autonomía de las partes. Por otra parte, creemos que hay estructuras suficientes para combatir el paro, de momento, mientras clarificamos su auténtico alcance, sobre el que discrepo de las cifras oficiales. Empresarios y trabajadores deben hablar a fondo sobre el tema, y después someter sus acuerdos al Gobierno. Hay que abandonar el paternalismo al que tan acostumbrados estamos en este pais.

P. Este planteamiento es precisamente el que rechaza el Gobierno, quien teme que le corresponda correr con el gasto de los acuerdos a que lleguen empresarios y trabajadores.

R. No, nos engañemos; en la lucha contra el paro el coste lo asumimos todos. Y lo que de manera directa paga el Gobierno es con dinero de todos los españoles. En Cataluña, sólo del 4% que corresponde pagar a las empresas para los fondos del desempleo, hemos entregado al Gobierno durante el pasado año 45.000 millones de pesetas. Lo que queremos saber es en qué se emplea este dinero y poder decir en lo que creemos que es más útil que sea empleado.

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