En los últimos 60 años 70.000 personas han sido esterilizadas sin su consentimiento en EE UU
En los últimos sesenta años, más de 70.000 personas han sido esterilizadas, sin su consentimiento, para impedir la proliferación de ciertas enfermedades, especialmente mentales; en otras palabras, para purificar la raza. El país donde tal suceso acaba de ser conocido públicamente, y en el que tales acciones eran ejercidas legalmente, es Estados Unidos de Norteamérica, según informa France Presse.
A finales del mes de diciembre pasado, un grupo de personas depositó formalmente una querella judicial ante el Tribunal Supremo contra el Estado de Virginia, por estimar que la legislación en vigor en dicho Estado entre 1.924 y 1974 permitió la esterilización de un número de personas, que oscila entre 7.200 y 8.300, sin su consentimiento. Se trata de la primera iniciativa en este sentido, y al margen de los resultados que pueda tener la demanda lo más importante ha sido el escáncialo suscitado en todo el país, al enterarse sus ciudadanos que: en treinta Estados las prácticas eugenésicas, con el fin de mejorar la raza, estaban protegidas por la ley y que aún hoy día veinte Estados tienen en vigor tales leyes, aunque al parecer no se aplican en la práctica.Las esterilizaciones comenzaron en 1910 en un hospital psiquiátrico de Lyncliburg (Virginia). Es curioso el simbolismo que encierra el nombre de la ciudad (la ley de Lynch era aplicada por la turba para ejecutar sumariamente, y sin juicio previo, a aquellos que se consideraba culpables de un grave delito). El director de aquel hospital de Frincipios de siglo justificaba tales acciones mediante un elogio apasionado de la Alemania nazi por pretender eliminar a los inadaptados.
El doctor John Bell, perteneciente a dicho centro psiquiátrico de Lynchburg, escribió en un informe, publicado en 1935, que «ya era hora de emplear el bisturí con vigor, sin miedos ni favoritismos».
La querella judicial contra el Estado de Virginia, planteada por cuatro víctimas de estas esterilizaciones, con edades que actualmente oscilan entre los 32 y los 58 años, y cuya identidad es guardada en secreto para preservar su vida privada, exige al Estado que notifique a todas las personas esterilizadas sin saberlo que han sido sometidas a dicho tratamiento, en general vasectomía para los hombres y ligadura de trompas para las mujeres. Si tales operaciones fuesen reversibles en personas aún en edad de procrear, se exige al Estado que corra con los gastos de la nueva operaciones. Si la esterilización hubiese tenido efectos desastrosos, tanto psicológicos como fisiológicos, los demandantes exigen una reparación.
Piden la lista de víctimas
Uno de los abogados, Patrick Raher, afirmó que las víctimas no piden dinero; sólo desean, en primer lugar, la lista de las víctimas, para que sean informadas de su condición y puedan actuar consecuentemente, y, en segundo lugar, la reparación médica, si es posible, o pecuniaria, en última instancia. Al parecer, todavía un 30% de las víctimas estaría aún en edad de procrear.
Otro de los abogados, Faith Dornbrand, ha señalado la tremenda importancia de esta querella por esterilizaciones realizadas sin consentimiento de los interesados con el fin de mejorar la raza. La sentencia, afirmó, podría servir de ejemplo y jurisprudencia para los demás Estados que han aplicado leyes semejantes, aunque esto lleve muchos años.
Al parecer, el Estado de Virginia se niega a facilitar las listas de víctimas, porque eso sería violar su vida privada y podría plantearles problemas familiares. Esta respuesta es juzgada cínica e inadmisible por los querellantes, ya que consideran que mayor violación de la vida privada que la esterilización no puede encontrarse.
En general, las víctimas, al menos en Virginia, eran adolescentes cuando fueron esterilizadas, antes de que en 1974 la ley fuese abolida en dicho Estado. La operación se decidía a veces por simple filiación con una persona internada o declarada por ley «mentalmente enferma». La vasectomía se realizaba encubriendo una falsa circuncisión, y la ligadura de trompas, una falsa operación de apendicitis.
Las leyes eugenésicas proliferaron en Estados Unidos en los años treinta. En 1927, el juez Wendell Holmes, perteneciente al Tribunal Supremo, declaró en una sentencia que «ya basta con tres generaciones de imbéciles», justificando así la esterilización de un hijo de deficientes mentales. La sentencia sentó jurisprudencia en cuestiones de esterilizaciones sin consentimiento del paciente.
Si el Estado de Virginia es ahora condenado, diversos juristas piensan que los Estados en los cuales todavía siguen vigentes las leyes eugenésicas acabarán aboliéndolas, como lo hizo Virginia hace siete años, y podrá proponerse una reparación a las 70.000 víctimas que, en todo el país, han sido esterilizadas sin consentimiento.
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