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50.000 personas solicitan en Washington la prohibición del aborto

Unas 50.000 personas se manifestaron ayer en Washington contra la legislación federal norteamericana que, desde 1973, autoriza el aborto bajo ciertas condiciones.Desde la Casa Blanca al Capitolio, los manifestantes antiaborto recorrieron, aunque en sentido inverso, el mismo itinerario de la cabalgata que el pasado martes, 20 de enero, festejó la toma de posesión del presidente Ronald Reagan.

Frente a la sede del Ejecutivo estadounidense los manifestantes de la «marcha para la vida» protestaron por la ausencia en la manifestación del presidente republicano Ronald Reagan, defensor durante su programa electoral de la abolición de la ley que autoriza el aborto en EE UU. Reagan recibió a siete representantes de la manifestación en el interior de la Casa Blanca, recordando su apoyo a modificar la actual legislación.

La reunión de la liga contra el aborto es tradición anual en Washington desde 1973. Pero el control actual de los republicanos en la Casa Blanca y en el Senado proporcionó en esta ocasión un aliciente suplementario para radicalizar las tesis de los antiabortistas.

Ciertas fracciones piden incluso la limitación legal de los anticonceptivos y la creación de un organismo federal que investigue y persiga a las mujeres que aborten, una vez revocada la actual legislación, que calificaron de infame.

Rosas rojas en la mano, rosarios y muñecos clavados en palos de madera, representando los bebés víctimas del aborto, eran algunos de los símbolos más significativos de la manifestación, con pancartas que comparaban la ley del Aborto al genocidio hitleriano.

Nellie Gray, presidenta de la «marcha para la vida», expresó su optimismo en pro del triunfo de las tesis antiabortistas en el Congreso estadounidense.

A nivel político, el nuevo secretario(ministro) de Sanidad, Richard Schweiker, confirmó que la Administración Reagan seguirá con su proyecto de prohibir el aborto en Estados Unidos. En idéntico sentido se pronunciaron el senador republicano Jesse Helms (Carolina del Norte) y el congresista republicano Robert Dornan (California), que presentaron ante el Congreso enmiendas para la abolición de la legislación de 1973, que tolera el aborto y permite la ayuda con fondos federales para mujeres con escasos recursos económicos.

Paralelamente a la importante manifestación de los enemigos del aborto, varios centenares de personas favorables a la actual legislación pedían menor intervención del Gobierno en los temas familiares, dejando a la libertad de cada mujer o familia decidir sobre el aborto.

La campaña contra el aborto en EE UU figura entre los objetivos de la «mayoría moral», movimiento ultraconservador que movilizó gran número de electores para el Partido Republicano, que pide también la implantación de la plegaria obligatoria en las escuelas, la aplicación más estricta de la pena de muerte, la restricción de ciertas medidas de integración racial y el control moral de anuncios y películas en la televisión.

Por su parte, la presidenta de la Liga Nacional de Acción a favor de los derechos civiles, Karen Mulauser, afirmó ayer que veía una contradicción en la política conservadora de los republicanos de procurar, por un lado, reducir la interferencia gubernamental en los asuntos privados y, por otro, decidir por una mujer o su familia que debe tener un hijo cuando éste no estuviera planeado.

Frente a las opiniones de que se lleve un control antiabortista, Mulauser aseguró que si se implanta tal medida será necesario «una oficina de embarazos», donde deberán inscribirse todas las mujeres encinta.

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