La noche más larga
A las 3.15 horas del martes en Washington (9.15, hora de Madrid), el presidente Carter recibió en su despacho la noticia de que Irán había aceptado una propuesta para solucionar el desacuerdo final en torno al montante de los fondos iraníes congelados en Estados Unidos y liberar a los rehenes.El esperado mensaje fue transmitido telefónicamente al presidente por el secretario del Tesoro, William Miller, y precisaba que Teherán había dado su acuerdo a una propuesta de un abogado británico, que actuaba como mediador del Banco Central Iraní, sobre el importe exacto de los intereses que Washington debía pagar por los fondos iraníes congelados.
A las 5.30 horas (11.30, hora de Madrid), Estados Unidos transfirió 8.000 millones de dólares al Banco de Inglaterra. Aquí serían depositados en una cuenta bloqueada a nombre del Estado argelino.
Al filo de las siete de la mañana del martes, el portavoz del presidente comunicó a los periodistas que Carter había sido informado nueve minutos antes de esta última operación en el Banco de Inglaterra: «Este escalón completa todos los pasos a los que se había comprometido Estados Unidos». Una vez que Argelia recibió oficialmente la notificación de la transferencia, el portavoz presidencial añadió: «Esperamos la liberación inmediata de los rehenes ».
Teherán emitió ayer por la mañana un comunicado detallando el acuerdo con Washington y precisando que «una parte importante de los fondos iraníes, consistente en dinero en metálico, oro y cartas de pago, había sido recibida ya por el Banco Central de Argelia para ser despachada a Irán en la forma debida».
Operación, "monstruo"
Todas las transferencias de dinero se han hecho por medios electrónicos. No se ha producido ningún movimiento físico de billetes de banco o documentos legales. La transferencia de los fondos iraníes fuera de Estados Unidos es una de las más grandes operaciones financieras de los tiempos recientes.
La mayoría del dinero ha salido de las arcas; de algunos bancos estadounidenses que previamente habían dado los pasos precisos para obtener parte de los fondos necesarios gestionando préstamos a muy corto plazo. Cinco de los bancos, el Chase Manhattan Bank, Bank of America, Bankers Trust, Manufacturers Hanover Trust y Citibank, tenían en sus cajas fuertes unos 3.500 millones de dólares iraníes cuando fue decretada la congelación, en noviembre de 1979, por el presidente Carter. Una parte del dinero que por medios electrónicos ha ido a parar a Irán volverá inmediatamente a EE UU por los mismos medios, en concepto de pago de deudas contraídas por Irán con Estados Unidos.
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