Galicia un caso penoso
Ha sido penoso el ejemplo dado por los gallegos en la última consulta, del pasado domingo. Siempre he pensado que las autonomías han sido un producto inventado por algunos para su propio bien; pero, después de lo de Galicia, ya no me cabe duda.
A pesar de que los principales partidos e instituciones gallegas apoyaban el Estatuto, resulta que no ha votado el 70% del electorado. Una de dos: o no les interesa o es que apoyaban la postura de los extremistas, en el sentido de abstenerse. Personalmente, pienso que la razón hay que buscarla en la primera posibilidad. Galicia ha sido demasiado maltratada como para que tenga una conciencia política.
Hasta que el Gobierno y la oposición no estudien en profundidad el cauce que deben llevar todas estas autonomías no conseguiremos que el pueblo llano se preocupe por referendos, elecciones ni nada. La culpa, aunque suene a tópico, la tiene el Gobierno. /
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