Rodríguez Huéscar clausura la semana conmemorativa de Ortega y Gasset
Con la exposición del profesor Antonio Rodríguez Huéscar sobre la crítica y superación del idealismo en Ortega, uno de los puntales básicos de su filosofía que él mismo identificó con «el tema de nuestro tiempo», se clausuró el viernes pasado la semana conmemorativa del 25 aniversario de su muerte, organizada por la Sociedad Española de Filosofia, en la que han participado notables especialistas orteguianos, como Alfonso López Quintas, Jorge Uscatescu, Fernando Montero Molinero Pedro Cerezo.El profesor Rodríguez Huéscar señaló la importancia del tema de su conferencia en la constitución de la metafísica orteguiana y dividió la crítica del idealismo en tres etapas: una preliminar, que culmina en el ensayo Las dos grandes metáforas (1924) y dos períodos posteriores de crítica directa y formal. «La superación del idealismo en Ortega es, sin embargo, anterior a su crítica expresa y formal», dijo Rodríguez Huéscar. «Se puede situar en su segunda estancia en Alemania y es ya un hecho pleno en 1914.
El conferenciante mostró a continuación cómo se vincula en Ortega la crítica del idealismo a la del racionalismo, sustancialismo y ontologismo, y cómo de ella surge una nueva idea metafísica: la de la vida humana entendida como realidad radical. Asimismo, lleva implícita una nueva idea de la razón inseparable de la anterior, la de la razón viviente o histórica. «Ambas suponen», dijo, «una profunda reforma en la cencepción de las estructuras de la racionalidad y de las de la realidad misma que se implican mutuamente y abren a la filosofía un camino por el que apenas se ha empezado a transitar».
Concluyó el profesor Rodríguez Huéscar enumerando algunas nuevas categorías filosóficas, las categorías de la vida, que hacen patente la crítica del idealismo: dualidad funcional y dinámica, ser riutual (yo circunstancia), presencia (inmediatez, transparencia, temporeidad), ejecutividad (hacer y hacerse, libertad forzosa), absoluto acontecimiento (pasar o pasarnos, actualidad, contingencia), etcétera. Subrayó por fin Rodríguez Huéscar el fuerte sistematismo peculiar del pensamiento orteguiano impuesto por el de la propia realidad cuya estructura pretende traducir.
Por otra parte, el alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, ha descubierto una placa a José Ortega y Gasset en la fachada del colegio nacional que lleva el mismo nombre del filósofo, situado en la calle de Carbajo.
Coincidiendo con las efemérides orteguianas de este año, las asociaciones de padres de alumnos y la dirección del citado colegio solicitaron de la junta municipal de Tetuán el permiso para instalar esta placa.
En el acto, el alcalde situó la personalidad de Ortega en el mundo de la filosofía y las letras. Dijo que Ortega «fue un hombre que respondía muy bien a su filosofía, pues la mayoría de los escritores no son fieles a lo que escriben».
Babelia
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