Inician obras sin licencia en un edificio artístico de Cuenca
Sin licencia municipal de obras, sin conocimiento de la comisión del Patrimonio Histórico-Artístico y sin el respaldo de ninguna entidad oficial, dos promotores privados han comenzado obras de reforma en uno de los más valiosos edificios de Cuenca, el ex convento de San Pablo, situado en un espectacular paraje de la hoz del Huécar, frente a las casas colgadas.La iniciativa, surgida sorpresivamente sin que nadie hubiera hablado de ella, ha venido a interferir las gestiones que se realizaban para que el Ministerio de Cultura emprendiera la restauración de este singular edificio, que tenía grandes posibilidades de ser la sede del rectorado de la futura universidad castellano-manchega (véase EL PAÍS de 26 de junio).
Los promotores son Eduardo Rodríguez, industrial, y Ramón Rodríguez, profesor de educación especial, quienes han puesto en marcha un, proyecto de residencia-taller destinado a acoger a más de un centenar de subnormales adultos, a quienes emplearían en la manipulación del mimbre junto con 130 obreros de la misma con otros especialidad, en lo que se anuncia como el montaje de una gran industria, para cuyo funcionamiento no se ha concedido aún ningún tipo de permiso.
Sin embargo, las obras de adaptación del convento de San Pablo han comenzado. El convento es propiedad del obispado de Cuenca y se encuentra vacío desde el año 1974, en que lo abandonaron los padres paúles. Desde entonces sólo se abre en Semana Santa para los conciertos de música religiosa o en ocasiones similares.
Reiteradamente, el obispo de la diócesis se ha negado a que el edificio fuera destinado a fines no culturales, rechazando un proyecto de convertirlo en hotel. Por el contrario, el prelado se ha mostrado siempre favorable a cualquier utilización de tipo universitario, por lo que ha sido mayor aún la sorpresa al hacerse públicas estas obras.
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