Advertencias de Alemania Oriental al Gobierno de Bonn

El Gobierno de Alemania Occidental (RFA) mostró ayer su «enorme asombro» ante la serie de advertencias lanzadas por el titular de Asuntos Exteriores de la República Democrática Alemana (RDA), Oskar Fischer, al clausurar, en la tarde del viernes, el pleno del Comité Central del Partido Socialista unificado.

Fischer, que excepcionalmente suplió al jefe del partido, Erich Honecker (en Bonn se dice que para dar una respuesta «proporcionada» a los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN), en la clausura de la reunión, advirtió que la RFA no debía extrañarse si, llegado el caso de una respuesta occidental a la crisis polaca, Berlín Oriental optase por dejar sin efecto los acuerdos entre los dos Estados alemanes, incluido el de tránsito a través de la frontera común.

Para los alemanes del Oeste, Fischer se precipitó en sus advertencias o no fue informado a tiempo de que, precisamente gracias a la postura de su colega federal, Hans Dietrich Genscher, y otros ministros de la Alianza, el plan ideado por Estados Unidos como respuesta a una hipotética invasión de Polonia no había pasado, por el momento, de ser un borrador.

En la noche del mismo viernes, Genscher reiteraba, una vez más, ante las cámaras de la televisión de la RFA, que la postura de Bonn era de «absoluta no injerencia en los asuntos polacos».

En cambio, la agencia ADN, de Alemania Oriental, y el propio Fischer le atribuyeron, repetidamente, el haber presentado en Bruselas una «postura especialmente dura lo que no cuadra especialmente con la frialdad que caracterizó el saludo y la despedida del ministro alemán a su colega norteamericano Edmund Muskie.

El lenguaje de guerra fría de Berlín Oriental ha llevado a concluir a diversos sectores de la opinión alemana occidental que los temores a una intervención del Pacto de Varsovia deben tener algún fundamento.