La medicina preventiva debe sustituir a la curativa, según el estudio "Vitalidad 40-80"
En el transcurso del año 1980, unas 70.000 personas han muerto por accidentes vasculares, lo que significa el 25% de las muertes producidas en todo el país. El sistema circulatorio es, pues, la primera causa de muerte, la primera causa de invalidez, el auténtico «azote» de la vejez, el soporte auténtico de nuestra decadencia vital; es, en suma, el sistema más delicado del organismo y el que peor soporta los estragos de la vida moderna: estrés, tabaco, alcohol, hipertensión, alimentación inadecuada...
Quizá sea ésta la conclusión más importante que se puede obtener del estudio Vitalidad 40-80, que acaba de ser presentado en Madrid, y que ha sido realizado por el Gabinete de Estudios Sociológicos Bernard Krief, bajo el patrocinio de las Sociedades Españolas de Neurología y Geriatría.El estudio pone de relieve cómo España ha ido creciendo en todos los sentidos, llevándose por delante, en su desarrollo industrial, toda previsión de tipo sanitario. La atención médica se vuelca, así, en una medicina curativa, casi de urgencia, en lugar de intensificar la medicina preventiva. La consecuencia de esta actitud, seguramente forzada por las circunstancias, la sufren los enfermos vasculares fundamentalmente.
Según el estudio, es muy probable que las cifras de mortalidad por enfermedades vasculares sigan creciendo, ya que a los efectos de tipo social (tabaco, estrés, alcohol, obesidad, etcétera) se suma el progresivo envejecimiento de la población, con el consiguiente aumento de muertes por causas endógenas.
Entre las causas orgánicas o endógenas que influyen en el desarrollo de las enfermedades vasculares, sobre todo a partir de los cuarenta años de edad, destaca la hipertensión arterial, seguida por la obesidad, el colesterol y la diabetes. Entre las causas sociales, hay que señalar, en orden de mayor a menor importancia, al tabaco, el estrés, el alcohol, el sedentarismo, la abundancia en la comida y la alimentación inadecuada.
El estudio hace las siguientes recomendaciones: creado un plan de salud para la población española, promocionar la necesidad de los chequeos periódicos, no sólo a partir de los cuarenta años, sino antes de esa edad, con el fin de prevenir las afecciones vasculares.
Promocionar la necesidad de alimentarse adecuadamente, disminuyendo el consumo de tabaco y alcohol, y haciendo deporte regularmente. Aumentar la cultura sanitaria de la población, empezando por los niños en la escuela, acerca de la prevención de enfermedades. Crear conciencia, desde niños, de que el envejecimiento forma parte del ciclo evolutivo del hombre, y que a él llegaremos inexorablemente. Estudiar un cambio de estrategia Sanitaria para pasar de una medicina curativa a una medicina preventiva.
Crear equipos pluridisciplinarios para resolver los problemas psicológicos, sociales y orgánicos de los enfermos vasculares. Y llevar a cabo campañas de sensibilización, para concienciar a la población del peligro que encierran las enfermedades vasculares.
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