Las Brigadas Rojas amenazan de muerte al líder socialista italiano Craxi
«Aquí las Brigadas Rojas. Hemos matado al doctor Furci, de Roma. El siguiente será Bettino Craxi, porque ha hecho encarcelar a un compañero de la organización». Este comunicado llegó en la madrugada de ayer a la redacción milanesa de L'Unita, órgano oficial del Partido Comunista italiano. Los terroristas se refieren en su comunicado al asesinato del médico de la cárcel Regina Coeli, de Roma, Giuseppe Furci, de 54 años, que había sido ejecutado, con dos balazos en la nuca, a dos pasos del portal de su casa, en la calle de Bartolomeo Gosio, una zona residencial de la capital. Los dos terroristas escaparon en una motocicleta, sin que hayan dejado rastro. El asesinato había tenido lugar a las 23.15 horas del lunes pasado.
La amenaza directa y pública a Bettino Craxi, secretario del partido socialista y uno de los políticos de mayor relieve hoy en la escena italiana e internacional, ha impresionado no sólo al partido socialista, sino también a toda la opinión pública. La reacción es de desprecio, sobre todo porque las Brigadas Rojas se han vuelto a presentar con su carga de muerte precisamente cuando todo el país está bajo el peso dramático de un terremoto que ha sembrado pánico, muerte y destierro.Las agencias de Prensa y todos los diarios de la tarde de ayer titulaban a toda página la amenaza a Craxi, mientras los comentaristas destacaban la voluntad del partido armado de instrumentalizar la tragedia del terremoto y la tensión política del momento amenazando a una de las personalidades significadas por intentar asegurar la gobernabilidad a costa de ser acusado de «socialdemócrata».
Algunos miembros de la dirección del partido dieron ayer a conocer las primeras reacciones del secretario socialista a la amenaza de la organización terrorista italiana. La respuesta fue tajante: «Ninguna reacción»: Añadiendo; «Esperamos sólo la evolución de los hechos. Se trata, lógicamente de una nueva tentativa de destabilización de este país, que el terrorismo desea ver ingobernable».
Mientras tanto, en las zonas del terremoto la tensión sigue aumentando. El comisario extraordinarío, Zamberletti, ha confesado que «la población se resiste a alejarse de sus casas destruidas» mientras el Gobierno ha dispuesto ya millares de alojamientos en los hoteles del sur de Italia.
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