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PARLAMENTO

Socialistas y comunistas defendieron la devolución del proyecto al Gobierno

El Grupo Parlamentario Socialistas del Congreso, el Comunista y el de Socialistas de Cataluña defendieron en la sesión de la mañana sendas propuestas de devolución de los Presupuestos -enmiendas a la totalidad-, haciendo una descalificación global de éstos y acusando al Gobierno de adoptar una actitud estrictarnente conservadora. El portavoz socialista, Alfonso Guerra, terminó afirmando: «Ustedes han hecho un presupuesto que no sirve para este país, y por tanto, ustedes no sirven para este país».El diputado y vicesecretario general del PSOE comenzó resaltando que este debate es una especie de moción de confianza en cifras, y enmarcó el proyecto de Presupuestos dentro de lo que calificó de estrategia de.Gobierno coincidente con las medidas del resto de Gobiernos conservadores de Europa, destinadas a salir de la crisis mediante viejas recetas llamadas nuevas economías. Añadió que, mientras en los debates de la moción de confianza se aseguraba que el primer objetivo era luchar contra el paro, seguido de la continuación de la reforma fiscal, los planes regionales y la moderación de salarios, actualmente sólo ha quedado esto último.

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Para Alfonso Guerra, la lucha contra el paro se contempla con absoluta pasividad, ya que el propio ministro de Economía ha reconocido que el desempleo crecerá entre 120.000 y 150.000 puestos perdidos en 1981, lo que, añadido al terrorismo y a la inestabilidad de los pactos parlamentarios establecidos por el Gobierno, indica que estamos ante la quiebra del área gubernamental.

«Mientras tanto», afirmó Guerra, «el Gobierno se niega a la reforma de la Administración, pone topes salariales que atentan contra la libertad de negociación y adopta medidas contra la reforma fiscal, como el incremento de los impuestos indirectos. El sector público deja de crear empleo, y en las ,transferencias a los ayuntamientos se da preferencia a los que tienen menos problemas, que son los que no controla la izquierda».

«El tema de las incompatibilidades puede ser estelar en estos debates», continuó Guerra. «Se piden sacrificios, pero cuando por fin se trata el asunto en este proyecto de Presupuestos, aunque de forma no satisfactoria, se retira el artículo correspondiente y se manda otra ley a la Cámara». Alfonso Guerra afirmó que cuando llegue la hora de debatir este otro proyecto se seguirán dando argumentos para aplazarlo, y se preguntó cómo se puede pedir sacrificios sin empezar dando ejemplo con la incompatibilidad de sueldos de los parlamentarios, sin controlar los privilegios de algunos diputados.

Guerra: "Aquí se imita a Thatcher y a Reagan"

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«La estrategia socialista contra la crisis se basa en el aumento del salario social, mientras UCD sólo asume la lucha contra el paro de manera formal», afirmó Guerra. «Estamos de acuerdo en la necesidad de ajustes sectoriales, planificados y programados, pero aquí se imita a la señora Thatcher y a los economistas de Reagan, potenciando el capitalismo duro». Finalmente, Guerra dijo que el paro puede acercarse a los dos millones a final de año, mientras el partido del Gobierno defiende privilegios y prebendas que les pueden hacer perder la credibilidad democrática que obtuvieron en las elecciones.

Por UCD replicó el diputado Juan Rovira, quien advirtió que en 1981 no será posible cambiar el signo de la situación. Insistió en que en una economía de mercado corresponde el papel primordial a la iniciativa privada, aunque el Gobierno puede mover la palanca del sector público.

En cuanto al aumento del déficit propuesto por los socialistas dijo que es imposible realizarlo sin perjudicar la inflación, lo que equivaldría a crear puestos de trabajo en el extranjero.

Finalmente dijo Rovira que el Gobierno ha cumplido su encargo de presentar en 1980 ante las Cortes el tema de las incompatibilidades. Lo hizo en el proyecto de Presupuestos, pero el Grupo Parlamentario Centrista creyó necesario trasladarlo a una ley específica y establecer unos plazos de ejecución.

Calvo Sotelo: "Se toman las medidas posibles"

El vicepresidente Calvo Sotelo refutó la afirmación de Guerra sobre el recurso del Gobierno a soluciones conservadoras, afirmando que se toman las medidas posibles. Dijo no entender la propuesta socialista para que se aumenten las inversiones y el déficit, ya que no se pueden olvidar las limitaciones que lo impiden. Finalmente manifestó que el Gobierno no puede dejar de intervenir en los salarios de los funcionarios ni en la moderación salarial, porque ello supondria renunciar a la mayor justicia, que es luchar contra la crisis.

Por el grupo comunista, Fernando Pérez Royo insistió en que la política del Gobierno es conservadora, en definitiva, una política de instalación en la crisis. Resaltó que aunque el primer objetivo de los Presupuestos es reconstruir el ahorro público para generar empleo, el propio Gobierno reconoce que el paro seguirá creciendo.

En cuanto a la reducción de gastos, afirmó que la única manera racional de hacerlo sería abordan

Socialistas y comunistas defendieron la devolución del proyecto al Gobierno

do la reforma y racionalización de la Administración y las empresas públicas, tarea que el Gobierno no parece dispuesto a hacer, lo que supone, asimismo, una opción conservadora.El diputado comunista calificó las modificaciones tributarias de contrarreforma fiscal y señaló la posible inconstitucionalidad de algunos de sus puntos. Como alternativa presentó la necesidad de planificación democrática, con reconocimiento del papel de las diversas instancias, tanto sociales como territoriales; redefinición del papel del sector público; profundización de la reforma fiscal; incremento de los gastos de inversión, con financiación mediante aumento de la presión fiscal vía disminución de beneficios fiscales y mayor déficit.

Le contestó el diputado centrista José Manuel García Margallo, quien, entre otras cosas, afirmó que se va a un mayor control y racionalización del gasto público para regenerar el ahorro en este sector Sobre las retribuciones de los funcionarlos dijo que en los Presupuestos no se pueden abordar todas las reformas necesarias, sino sólo discutir las cuantías. A este respecto, reconoció que es doloroso pedir a los funcionarios el sacrificio de limitar el aumento de sueldos.

Lluch: presupuesto de cemento armado

Ernest Lluch, por los socialistas de Cataluña, se quejó de que el Gobierno no está explicando su política económica, como había prometido, y de que este presupuesto «no es de cristal, sino de cemento armado, porque cuando se mira no se ve nada». Lluch se centró en los ayuntamientos, enfrentando a los gobernados por la izquierda como contramodelo del comportamiento de la Administración del Estado.

Sobre el tema de las incompatibilidades resaltó de nuevo la discrepancia entre el Gobierno y el grupo parlamentario de UCD, y afirmó que con este asunto. el portavoz centrista Herrero de Miñón está consiguiendo que todo el mundo conozca muy bien sus ocupaciones personales.

El portavoz de UCD pidió la palabra por alusiones para explicar que estas ocupaciones son: por mandato popular, concejal de Madrid, como Tamames y Tierno, «y no como Alonso Puerta, porque el pueblo de Madrid tuvo el buen juicio de no elegirle senador». Aquí comenzaron los abucheos de la oposición, y el presidente de la Cámara, Landelino Lavílla, rogó a Miguel Herrero que se limitara a contestar a la alusión. Este añadió que, por oposición al cuerpo de letrados del Consejo de Estado, es funcionario, al igual que Tamames, Tierno, Gregorio Peces-Barba y otros. Por último, explicó que es miembro del Consejo de Administración de Renfe, de donde ha obtenido 170.000 pesetas de retribución, en 1979, y del Banco Exterior, de donde ha recibido 200.000 pesetas, «según certificado que presentaré esta tarde en la Cámara».

Ramón Tamames replicó, a su vez, que ha renunciado a su sueldo de 170.000 pesetas como teniente de alcalde porque ya cobra el sueldo de diputado, y Alfonso Guerra pidió que el derecho de alusión no sea oportunidad para insultos personales.

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